"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
TODO SALDRÁ A LA LUZ
21 Les decía también: « ¿Acaso se trae la
lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla
sobre el candelero?
22 Pues nada hay oculto si
no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que
venga a ser descubierto.
23 Quien tenga oídos para
oír, que oiga. »
24 Les decía también: «
Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun
con creces.
25 Porque al que tiene se
le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. » (Mc.
4,21-25)
“Yo soy la Luz del mundo”. “El que me sigue, no camina
en tinieblas sino que tendrá la Luz de la vida”. Jesús ha venido al mundo como
Luz y Él quiere que ante su presencia todo quede iluminado… Es verdad que Jesús
estuvo 33 años como “luz bajo el celemín”. Pero estuvo “oculto” en Nazaret
hasta el momento determinado por el Padre en sus inescrutables designios. Mas,
al llegar “la plenitud de los tiempos”, Jesús rompió las tinieblas de la
ignorancia y el pecado de los hombres y apareció en nuestra tierra, con su
Palabra poderosa, e iluminó todos los escondrijos del corazón humano...
Porque si alumbró todo, lo primero que recibió su Luz
del Amor fue la creación material, como nos cuenta el libro del Génesis: “En el
principio… la tierra era oscuridad por encima del abismo… Y dijo Dios: “Haya
luz” y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena y apartó Dios la luz de la
oscuridad y llamó Dios a la luz “día” y a la oscuridad la llamo “noche”… Y
después de estas cosas hizo Dios al hombre, hecho a imagen suya”…
Primero, es restaurada la creación material; después, la
creación moral con la vuelta del hombre a su primitiva pureza… Cuando Jesús
entró en el mundo dijo a su Padre-Dios: “Aquí estoy, ¡oh Dios! para hacer tu
voluntad”. Y la voluntad de Dios es que todos los hombres se salven. A todos
quiere dar su Vida y “la Vida era la Luz de los hombres y esta Luz brilla en la
tiniebla y la tiniebla no la acogió”… Es la Luz la que rompe la oscuridad, pero
ésta no quiso acogerla y se ocultó de ella, en sus obras malas… El “hombre
oscuro” se esconde, porque la luz le delata y huye de ella… Pero ante Dios,
todo está patente a sus ojos: “¿A dónde escaparé de tu mirada?”. Pues si todo
se va a descubrir ante Él, ¡qué religiosa y limpia ha de ser nuestra vida! … Y
en esta mirada, que podrá sostenerse ante su Presencia, nuestras obras serán
recogidas en su misericordia y “puestas a su derecha”, como fruto de Vida
eterna… Mas, siempre será su gracia la que nos salve, porque la Luz para ser
buenos depende sólo de Dios y no de nuestros esfuerzos y méritos… Pues si Dios
nos mide con su Amor, ¡también nosotros hemos de medir la vida de nuestros
hermanos, siempre con misericordia y bondad, como Dios hace con todos!…
¡Señor, que “tu Luz, nos haga ver la Luz!… ¡Que se
disipen de nuestro corazón todas las oscuridades que lo cercan y lo penetran,
porque queremos ser “lúcidos” en nuestro pensar y obrar y así ser “hijos de la Luz
e hijos del día, pues no lo somos de las tinieblas”!…
Nuestra oración, cada día y cada instante, ha de ir por
aquí, pues así lo quiere Dios: “¡Sed Luz en el Señor!”…
¡Dejémonos penetrar del Espíritu de la Luz que es el Espíritu Santo y “nuestra vida será alegría y júbilo”!… ¡Dios haga que nuestra oración sea escuchada, pues la hace su Espíritu Santo en nosotros!… ¡Que así sea!…
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