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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 27 de enero de 2021

Cuentos con moraleja. "Un periodista habla con Dios". Miércoles, 27 - Enero - 2021

  "Ventana abierta"

Un periodista habla con Dios

Cuentos con moraleja del Padre Lucas Prados

Hace unos días leí una curiosa historia que ahora les paso a contar. Espero que la disfruten tanto como yo. 

Un famoso periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo, artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores e ingenieros. Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influido en su comunidad o naciones y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras. 

Un día de camino a su oficina le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida la cual estaría relacionada con su obra máxima: el hombre; de repente, se vio envuelto por una gran luz en medio de un torbellino: 

— Detente, me dijo, ¿así que quieres entrevistarme? 

— Bueno, le contesté, si es que tienes tiempo. 

Se sonrió por entre la barba y dijo: 

— Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo. ¿Qué pregunta quieres hacerme? 

— Ninguna nueva ni difícil, para ti: ¿qué comentario te merece el hombre a quien creaste a tu imagen y semejanza? 

Un poco entristecido, Dios me respondió: 

— Que se aburre de ser niño por la prisa de crecer, y luego suspira por volver a ser niño. — Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para recuperar la salud. — Que se pasa toda la vida acumulando bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán. — Que, por pensar ansiosamente en el futuro, descuida su hora actual, y ni vive el presente ni el futuro. — Que se pasa toda la vida tratando de ser feliz y se olvida que la felicidad no es otra cosa que la capacidad de disfrutar lo que se tiene. — Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. — Que se pasa toda la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor. — Que se pasa la vida buscando triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. — Que se pasa la vida buscando la aprobación de los demás, cuando ni siquiera él mismo se aprueba. — Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que ésta es producto de sus decisiones. — Que se pasa la vida cambiando a los amigos, sin comprender que son los amigos los que cambian. — Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. — Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo. — Que vive como si no fuera a morirse y, sin embargo, se muere como si no hubiera vivido. — Que crié al hombre para que fuera feliz, pero él escogió la infelicidad. 

Por primera vez vi llorar a Dios. 

Ya nos lo dijo el Señor nuestro Dios en unas palabras que habría que enmarcar y colgar en un lugar destacado de la casa donde todos las vieran: “De qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma” (Mt 16:26).

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