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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 17 de diciembre de 2020

Tercera Semana de Adviento. "El Vellón de la Oveja". Jueves, 17 - Diciembre - 2020

"Ventana abierta"

Tercera Semana de Adviento

El Vellón de la Oveja

Copo- blanco era la ovejita más linda de todo el rebaño. Su lana era efectivamente la más blanca y la más luminosa. Pero esto era todo lo que la distinguía de las otras ovejas, con las cuales iba de buena gana al prado todas las mañanas. A la noche volvía a entrar dócilmente al establo. Llegó el tiempo de la esquila y Copo-blanco se volvió irreconocible. Mientras que las demás ovejas se dejaban esquilar, Copo-blanco huía en cuanto tendían la mano hacia su vellón. No había nada que hacer, no quería dar su lana. El pastor se cansó de correr finalmente tras de ella: “Puesto que Copo-blanco no se dejaba atrapar, que se quede con su abrigo de invierno. Veremos cómo soporta los calores del verano”.

Las ovejas esquiladas pacían en el prado. Se habían hecho grandes fardos de su lana que se vendían en el mercado. Copo-blanco se paseaba con su vellón. El verano llegó y el calor era a veces agobiante. La pequeña ovejita buscaba siempre el frescor de las sombras y el pastor se dio cuenta de que Copo-blanco sufría. Él le hubiera librado con gusto de su gruesa lana. Pero cuando Copo-blanco veía las tijeras huía lejos. ¿Por qué quería guardar su bella lana blanca?

Llegó el momento en que María y José se habían refugiado en el albergue para pasar allí la noche. Al día siguiente, Copo-blanco fue al pastor y no lo dejaba en paz, buscando hacerle comprender que ahora deseaba ser esquilada. “Este no es el momento” dijo el pastor. Pero Copo-blanco no dejaba de insistir. En vano, se hacía el pastor el sordo. La ovejita se puso entonces muy triste.

Rechazaba ser alimentada y nadie podía llevarla a comer. El pastor suspiró: “Entonces hay que hacer tú voluntad”.

Buscó las tijeras y se puso a esquilar a la oveja. Copo-blanco se quedaba completamente tranquila, dócil como el cordero más dulce. Cuando terminó guardó la lana muy bien, como algo precioso. La quería vender en el próximo mercado. Pero ahí que pasó un tiempo y el día del mercado llegó; ¿Dónde estaba pues el hermoso vellón? ¡El pastor hacía ya mucho que lo había ofrecido!

…El día de Navidad, él había ido a Belén, al establo y había llevado la lana al niño Jesús. Entonces comprendió a quién Copo-blanco reservaba su precioso vellón. 

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