"Ventana abierta"
Leonardo Molina García
CARTA APOSTÓLICA PATRIS CORDE DEL SANTO
PADRE FRANCISCO CON MOTIVO DEL 150.° ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN DE SAN JOSÉ
COMO PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Con corazón de padre: así José amó a
Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José».
1. Padre amado
La grandeza de san José consiste en el
hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró
en el servicio de toda la economía de la encarnación», como dice san Juan
Crisóstomo[7].
2. Padre en la ternura
José vio a Jesús progresar día tras día
«en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52).
3. Padre en la obediencia
Así como Dios hizo con María cuando le
manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo
hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, uno
de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad[13].
4. Padre en la acogida
José acogió a María sin poner condiciones
previas. Confió en las palabras del ángel.
5. Padre de la valentía creativa.
Si a veces pareciera que Dios no nos
ayuda, no significa que nos haya abandonado, sino que confía en nosotros, en lo
que podemos planear, inventar, encontrar.
6. Padre trabajador
Un aspecto que caracteriza a san José y
que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica social, la Rerum
novarum de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero
que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él,
Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el
pan que es fruto del propio trabajo.
7. Padre en la sombra
El escritor polaco Jan Dobraczyński, en su libro La sombra del Padre, noveló la vida de san José. Con la imagen evocadora de la sombra define la figura de José, que para Jesús es la sombra del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos.
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