"Ventana abierta"
Los Jesuitas en la Nueva España
ParaTodoMéxico
Jesuitas es el nombre con el que
comúnmente se conoce a los miembros de la Orden de religiosos de la Iglesia
católica denominada La Compañía de Jesús. Esta orden fue fundada en
Francia por Ignacio de Loyola en 1534 y fue aprobada oficialmente por el papa
Paulo III en 1540.
La filosofía con la
cual fue instaurada la orden era que sus miembros estuviesen siempre preparados
para ser enviados con prontitud a donde fueran requeridos por la misión de la
Iglesia. Para ello los Jesuitas además
de los tres votos normativos de la vida religiosa que son obediencia, pobreza y
castidad, profesan también un cuarto voto de obediencia al papa. Su lealtad
incondicional al Papa los ha puesto en el ojo del huracán en más de una
ocasión, siendo así una organización que ha vivido entre la alabanza y la
crítica.
Los jesuitas destacaban entre todas las órdenes religiosas por la rigurosa preparación y disciplina de sus miembros, el orden jerárquico existente entre ellos y los profundos estudios a los que se dedicaban, tanto en las ciencias teológicas como en las ciencias exactas y naturales.
Los Jesuitas en la Nueva España
Los Jesuitas llegaron al territorio Mexicano
luego de otras órdenes como fueron los Franciscanos, los Dominicos y los
Agustinos, pero jugaron un papel muy importante en la evangelización de la Nueva
España ya que fueron escogidos para evangelizar y pacificar a los indómitos
guerreros Chichimecas que habitaban en el norte del país.
En México su popularidad se debe a la expulsión de la cual fueron víctimas en 1767 y que por demás fue considerada injusta por todas las clases sociales de la época. Las clases populares hicieron levantamientos en contra de la expulsión en ciudades como San Luis Potosí, Guanajuato y otros lugares. Entre las clases altas también hubo consternación ya que sus colegios eran considerados los mejores y entre las familias más importantes alguno de sus miembros era jesuita. El prestigio que la Compañía adquirió en ese entonces dura hasta hoy.
La llegada de los Jesuitas a México
Inicios de la Evangelización Jesuita en la Nueva España
Los primeros catorce jesuitas llegaron a México por San Juan de Ulúa, Veracruz, el 9 de septiembre de 1572 y a la ciudad de México el 28 del mismo mes. En un principio la Corona Española consideró suficiente el número de misioneros en América, razón por la cual retrasó la autorización a los jesuitas.
Desde su llegada en 1572 hasta 1588 se
dedicaron principalmente a la fundación de colegios y universidades en las
ciudades pobladas por españoles y a partir de 1589 iniciaron la fundación de
misiones para los indios de las zonas selváticas y apartadas.
Por su perseverancia, preparación, habilidad de lenguas y amable trato, fueron escogidos para evangelizar y pacificar a los indómitos guerreros Chichimecas que habitaban en el norte del país. Los Chichimecas se habían convertido en un gran obstáculo para los intereses expansionistas de los conquistadores españoles, quienes ni por la fuerza habían podido doblegarlos. Esta tarea ya antes había sido emprendida por los franciscanos pero no tuvieron éxito. Los jesuitas realizaron una heroica acción misionera, casi siempre regada con la sangre del martirio y a causa de la hostilidad de los indómitos nativos.
Los Jesuitas formaron poblados entorno a sus
misiones, en donde se brindaba refugio y protección a los indígenas que
aceptaban recibir la educación cristiana. La comunidad se componía de una
iglesia y a su alrededor se construían casas de adobe para los frailes
evangelizadores, soldados y familias nativas. También se dotaban de una escuela
en donde enseñaba la religión, alfabetizaban y formaban en técnicas de
agricultura y otros oficios como artesanía, ganadería y minería. El propósito
era que los nuevos cristianos tuvieran un lugar donde pudieran vivir dignamente
y pudieran conseguir su sustento. Conformaron así, pequeñas comunidades con una
estructura económica básica y autosuficiente.
Los Jesuitas se asentaron con
relativa rapidez en Guanajuato, San Luis Potosí y Coahuila, para después
extenderse al norte llegando hasta Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua
y Durango.
Los Jesuitas fundaron en 1589 su primera Misión en México. Debido a su importante ubicación estratégica, el lugar escogido fue San Luis de la Paz, ubicada en el actual Estado de Guanajuato. Por este lugar pasaba la Ruta de la Plata que de Zacatecas iba a México y era la frontera del extenso dominio chichimeca.
La fundación de la misión demandó sortear algunos impedimentos como lo fueron el poco personal y los escasos recursos con los que disponía la orden, sumada a la poca experiencia misionera que tenían. Para esta misión fue designado el padre Gonzalo de Tapia, quien fue considerado como el hombre más indicado para esta empresa con los Chichimecas.
San Luis de la Paz fue fundada el 25 de Agosto de 1552 como una ciudad defensiva y desde entonces ya residían algunos nativos en ella. Tan solo 20 días después de haber llegado Gonzalo de Tapía a la región, ya comprendía la lengua de los nativos y se hacía entender por estos. Empezó así a doctrinar, empleando un trato amable y ganando el afecto de los locales, lo que le permitió dar inicio a la reducción pacifica de éstos. Junto con el padre Gonzalo llegó también el padre Nicólas de Arnaya, quien más tarde fue protagonista en las misiones hacia el norte y llego a ser provincial de la orden en la Nueva España.
Expulsión de los Jesuitas de México
La Expulsión de los Jesuitas de México
Porqué expulsaron a los Jesuitas de la Nueva España? Como se produjo la expulsión? Que consecuencias generó? Encuentra aquí las respuestas a todas estas inquietudes!
La labor pastoral de los Jesuitas en México se
desarrolló durante 195 años hasta 1767 cuando fueron expulsados y sus
propiedades tomadas militarmente. El 27 de Febrero de 1767 Carlos III firmó la orden de expulsión de
los Jesuitas de todos los dominios de España y la confiscación de sus
propiedades.
Causas de la Expulsión de los Jesuitas
La expulsión de los Jesuitas se dio a raíz de las reformas Borbónicas. Los jesuitas siempre leales al Papa se opusieron al proyecto centralizador de los Borbones constituyéndose en una amenaza para sus intereses. Además al tener una economía sólida y un gran valor en la sociedad eran vistos celosamente por el rey, quien consideraba esto como tener un estado dentro de su propio estado.
Proceso de expulsión de los Jesuitas
En la Nueva España el Virrey Carlos Francisco de Croix recibió el decreto de expatriación de los jesuitas el 30 de mayo de 1767 y la orden se cumplió en México y en otras ciudades de la Nueva España entre el 25 y el 28 de junio del mismo año. En las provincias remotas se realizó más tarde, a mediados de julio.
Los jesuitas de la Provincia de México eran
678; de ellos 464 criollos y 153 peninsulares. La primera nave de expulsos
salió del puerto de Veracruz el 26 de julio con 55 jesuitas. En el puerto de
Veracruz, entre agosto de 1767 y abril de 1768 murieron 35 jesuitas. Los últimos
en partir fueron los 32 misioneros de Sonora, Sinaloa y Pimas que sobrevivieron
al fatídico viaje que los condujo a Veracruz en el cual 20 jesuitas perdieron
la vida. Estos se embarcaron por fin rumbo a España en abril de 1769.
Consecuencias de la expulsión de los Jesuitas
La expulsión de los misioneros jesuitas produjo un profundo cambio social en el que los indígenas fueron los principales afectados. La salida de los misioneros desarticuló la organización de los pueblos indígenas y los redujo a comunidades aisladas y vulnerables al asedio de los colonos. Las comunidades indígenas quedaron desprovistas del título legal que amparaba la propiedad de sus tierras y aguas, dando paso a que españoles, mestizos y mulatos fueron introducidos en sus comunidades debilitando su identidad cultural. Desprovistos de su comunidad, de su tierra y de su cultura, los indígenas no tuvieron otra alternativa que alquilarse como peones al servicio de los colonos.
Restitución de los Jesuitas
Regreso de los Jesuitas a México
No se contentó el monarca borbón con la expulsión de los jesuitas sino que forzó la supresión pontificia. Junto con los reyes de Francia y Portugal presionaron al Papa Clemente XIV quien mediante el breve Dominus ac Redemptor suprimió la Compañía de Jesús el 21 de julio de 1773.
La compañía fue
suprimida pero no extinguida. Un reducto perduró en Rusia amparado por la
emperatriz Catalina II debido a la calidad de la educación moderna que los
jesuitas dictaban en las universidades de su territorio. Allí les proporcionó
asilo y una base para la reagrupación. Muchos ex jesuitas se reincorporaron y
la Compañía de Jesús experimentó un paulatino y progresivo desarrollo.
Durante su cautividad en
Francia a manos de Napoleón, el Papa Pío VII había resuelto restaurar la Compañía de Jesús y así lo hizo
tras su regreso a Roma. El 31 de julio de 1814 mediante la bula Sollicitudo
omnium ecclesiarum, la restauró universalmente. Un año después, en 1815, la
Orden fue restablecida en el reino de España por Fernando VII. La restauración
universal fue vista como una respuesta a la amenaza que representaban la masonería
y los liberales, quienes eran vistos en ese entonces como los enemigos de la
Iglesia y de las coronas.
El restablecimiento de la Compañía de Jesús llegó al territorio mexicano por instrucciones del Rey Fernando VII. Luego de la restauración regresaron a México un puñado de jesuitas ya ancianos que habían pasado cuatro décadas en el exilio. Vueltos los Jesuitas retomaron poco a poco su actividad educacional y pastoral, especialmente en las ciudades. Si bien pudieron regresar a algunas de sus antiguas misiones o se hicieron cargo de algunas nuevas, ya no recuperaron el papel protagonista, cultural y religioso de los misioneros expulsados por Carlos III.
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