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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 10 de diciembre de 2020

UN CORAZÓN DE CARNE. LA VOZ DE DIOS EN EL DOLOR. Jueves, 10 - Diciembre - 2020

 "Ventana abierta" 


Archidiócesis de Sevilla


Isabel Orellana Vilches

UN CORAZÓN DE CARNE. LA VOZ DE DIOS EN EL DOLOR

Causa maravilla encontrarse con los «santos de la puerta de al lado», comprobar la potencialidad de la que está revestida el ser humano desde el momento de su creación para remontar toda situación por adversa que sea. En el rostro de Luis Cielito, este joven mexicano de perenne sonrisa, con importante discapacidad, que ha sido entrevistado por Eduardo Verástegui para el programa televisivo Teleton Mexico se aprecia en qué medida posee el corazón de carne del que habla el cántico del profeta Ezequiel: «Arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne». Luis nació ya con este corazón de carne a través del cual y sin tener que hacer ningún esfuerzo, porque el sumo amor baña su vida, trasluce la voz de Dios en medio del dolor en sus palabras y en sus obras. Da testimonio constante de ese tesoro de la fe que recibió en su hogar y no escatima expresiones de gratitud hacia sus padres.

Todo esto, dicho así de corrido, no tendría por qué llamar la atención ya que por fortuna hay muchas personas que han sabido revestirse de una constante acción de gracia que va más allá de una mera fórmula de cortesía. La gratitud verdadera reconoce en todo la presencia de Dios: en el amanecer y en el anochecer, en la alegría y en el dolor, en la familia, amigos, en todo lo que se ha recibido, en los momentos de felicidad y en aquellos contratiempos que los truncan, sin dejarse atrapar por lo que se quiso y se perdió;  tiene como horizonte único la esperanza. Confía en Dios, trata de hacer de su existencia un camino en el que la entrega sea la máxima sin poner cotas a la radicalidad de un amor evangélico que tiene como único objetivo no apartarse nunca de Él y servir a los demás, y todo ello aunque cueste.

Luis encarna a las mil maravillas lo expuesto. Ha perdido a su padre y a su madre a la par víctimas del coronavirus en este aciago 2020 y ha quedado en manos de sus hermanas y de una abuela enferma de la que se ha ocupado sin dudar. Pero su fe admirable es el sostén de su día a día y se torna en continua y activa gratuidad; con ella impregna a quien pase por su lado. Su testimonio ha saltado ya de las fronteras mexicanas para ser ejemplo en quien mirarse. Sonrojará a muchos que se hayan dedicado a alimentar un auto victimismo al ver su serenidad ante la adversidad con un realismo que pone al descubierto su gran madurez.

Su madre, como él mismo narra, dio su sí con mayúsculas a su nacimiento aunque estaba informada de la gravedad que corría ese niño que llevaba en su seno. Una mujer que no dudó en adoptar la forma de vida que le exigía cuidar de él y Luis lleva en sus labios constantemente el néctar de ese cariño hacia ella y hacia su padre que de ambos recibió.

En este Adviento de forma especial cuánto se agradece comprobar la obra que Dios realiza en quienes no ponen impedimento para que se manifieste. Créanme que la vida de Luis, como todas las demás, hay que celebrarla. Porque en ella vemos la verdad, la bondad y la belleza del Padre celestial que nos ha creado.

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