"Ventana abierta"
Religión
en Libertad
10 formas
de transmitir la fe a tus hijos y de hacerla más fuerte: como siempre, implica
coherencia
La transmisión de la fe en familia ya no es automática... se necesita mucho más
Familia cristiana
Evangelización católica
En muchos países, los
padres cristianos no consiguen pasar a sus hijos una fe firme. Pasar la fe de padres a hijos sucedía con
naturalidad estadística en generaciones anteriores, pero ya no en la nuestra. En
Occidente muchas causas concurren para que los padres pierdan autoridad ante
los hijos y para suscitar un individualismo extremo. No sucede solo entre cristianos: familias
de otras tradiciones religiosas también lo experimentan.
En la web AllProDad, dedicada a padres varones (no necesariamente
católicos), señalan 10 factores que
ayudan a que un padre pueda transmitir su fe a sus hijos. Como siempre
cuando se trata de valores reales, requiere constancia y coherencia.
1. Celebra las festividades y
cuenta su historia
Las festividades religiosas llaman la atención de los niños: son días
especiales. En Estados Unidos hay una frase entre los católicos: "no es
que los católicos guarden la Cuaresma; es que la Cuaresma te mantiene
católico". Lo mismo podría decirse de la Navidad cristiana y de otras
fiestas. No basta con celebrar la fiesta: hay que
contar la gran historia que hay detrás de cada fiesta. Decía
el estudioso de las religiones Mircea Elíade: "el primer rito es la recitación del mito". La
Navidad tiene sentido cuando se proclaman las lecturas de Navidad. Las
festividades sin historias detrás (pensemos en Halloween) a menudo suenan a
huecas.
2. Responde las preguntas de los
chicos
Los niños hacen preguntas sobre Dios, sobre la fe, sobre la religión. Hay
que estar preparado para responderlas. Hay preguntas sobre el comportamiento
que también llevan a hablar de la fe. "¿Por qué debo perdonar a esos
chicos malos?", "¿por qué me pides ayudar a esos?", nos lleva a
las enseñanzas y el ejemplo de Jesús. (Si no sabemos la respuesta a una pregunta podemos honradamente decir:
"pues no lo sé exactamente, pero lo buscaré y te lo diré". En
el Catecismo hay muchas respuestas, que hay que traducir al lenguaje infantil.
También hay gente que trabaja con niños que pueden ayudar: maestros,
catequistas...). No es beneficioso responder "no hagas preguntas",
"es así y punto", "hacer preguntas está mal"...
3. Id con regularidad al culto o
los sacramentos
Si la fe es solo un añadido para los ratos libres, no se contagiará a los
hijos. Los niños han de ver que es una prioridad, y la más clara es el tiempo. Si la familia solo va a misa "a
veces", el niño pensará que es una cosa poco importante o algo "útil
en casos convenientes" (alguna enfermedad, un gesto social...).
Los niños han de ver que el culto es una prioridad en la familia, en la
organización semanal o diaria.
4. Involúcrate en el servicio a
los demás... y que te vean
"Servir a los demás es la fe con pies", explican en AllProDad.
Los niños aprenden de lo que ven hacer a sus padres. Si te ven ser voluntario en Cáritas, Manos
Unidas o la parroquia, ellos aprenderán a hacer ese tipo de servicios. También
es bueno involucrar a toda la familia: recogidas de material, actividades,
etc...
5. Enseña a confiar en Dios
En el cristianismo, todo está basado en la confianza en Dios. Una clave es
enseñar al niño a confiar
toda su vida en el Dios que lo creó, que lo ama y quiere lo mejor para
Él.
6. El juicio definitivo sobre
cada persona está reservado para Dios
A las personas agnósticas, o alejadas en la fe, o tibias, y a mucha otra
gente, les molestan los juicios rápidos. La realidad es que una persona religiosa y prudente sabe que
para realizar juicios definitivos en necesario ser Dios mismo: sólo Él
tiene todos los datos y perspectivas sobre los hechos y las motivaciones. A los niños les enseñamos a distinguir los
actos buenos de los actos malos, y está bien, pero a la hora de clasificar
a la gente es mejor recordar lo de "no juzguéis y no seréis juzgados"
(y explicar lo que significa). "Enséñales a tener un corazón humilde que
busque entender al otro", explica AllProDad.
7. Sé suave con los niños y
ciertas enseñanzas complicadas
Hay cosas en la religión que a los adultos les molestan pero a los niños
les parecen normales. Y, al revés, hay
cosas en las que los adultos ni se fijan y a muchos niños les pueden asustar o
repeler. En
la cultura católica pueden ser muchas: imágenes de mártires con sangre en la
parroquia, o ciertas expresiones sobre el infierno o el demonio, algunos
detalles prácticos de los sacramentos... Las cosas complicadas hay que
explicarlas con suavidad, y no de forma abrupta o con prisas y
aspavientos.
8. No mantengas a los niños en
una burbuja
Incluso en los países de mayoría católica, hay personas de otras
denominaciones y religiones y, de hecho, las personas con poca o ninguna
religiosidad son mayoría. No tiene sentido intentar hacer creer a tus hijos que "todos hacen
como nosotros". No es así, y enseguida se darán cuenta. Y
llegará el momento, al crecer, en que tomará sus propias decisiones sobre
religión. Es bueno que desde niño pueda dialogar, en un entorno moderado, con
personas de otras creencias. También es bueno que vea que hay otras parroquias donde las cosas se
hacen de otras maneras.
9. Dile que comparta la fe con
sinceridad y humildad
Nuestra sociedad pretende hacernos creer que ya casi no hay tabúes, excepto
hablar de la propia fe con otras personas. Hemos de enseñar a nuestros hijos a que puedan
hablar de su fe sin complejos ni vergüenzas: creemos que es buena, bella y
verdadera y la queremos compartir. Hemos de ayudar al niño a poder
expresar por qué cree y en qué cree. Y ha de poder hacerlo con sinceridad y
también con humildad. La fe da alegría y un terreno firme: no debe dar
soberbia.
10. Se necesita una aldea para
educar... dásela
"Se necesita una aldea para educar un niño", dice un refrán
africano que se cita mucho. En lo religioso es especialmente cierto: la fe se
transmite en comunidad. En ella vemos que personas distintas (varias edades, procedencias, estilos)
creen todas las mismas verdades, cada una con sus acentos. Ese
testimonio colectivo fortalecerá la fe de tus hijos. Hay que buscar esa
comunidad.
Por supuesto, se podrían añadir muchas más cosas eficaces, pero ¿no son estas 10 un comienzo importante?
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