"Ventana abierta"
Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
CICLO A, B, C
INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARIA
Gen. 3, 9-15.20
9 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: « ¿Dónde estás? »
10 Este contestó: « Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí. »
11 El replicó: « ¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer? »
12 Dijo el hombre: « La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí. »
13 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: « ¿Por qué lo has hecho? » Y contestó la mujer: « La serpiente me sedujo, y comí. »
14 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: « Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
15 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar. »
20 El hombre llamó a su mujer « Eva », por ser ella la madre de todos los vivientes.
- Pertenecen estos versículos a la Historia de la caída de Adán y Eva en el pecado. Este acto se convierte en pecado merced al encuentro con Dios que aparece inmediatamente.
(v. 9-10) - El hombre no puede permanecer oculto ante Dios; reconoce que fue el miedo lo que le impulsó a huir. Aparecer desnudo ante Dios era en el Antiguo Testamento una abominación. En el culto se evitaba cualquier desnudez (Ex. 20, 26). Si la vergüenza es señal de una perturbación dentro de las relaciones humanas, el miedo a Dios es signo de un trastorno en sus relaciones con su creador. Miedo y vergüenza serán desde ahora en adelante los estigmas incurables que el hombre lleva por su caída. Lo primero de lo que el hombre habla es de impulsos preconscientes más allá de toda reflexión racional.
(v. 11-13) - En la segunda respuesta a Dios aparece la insolidaridad anímica que el hombre usa para disculparse. Le reprocha a Dios: "la mujer que pusiste conmigo”. Ve en esto la causa última de lo ocurrido y así se rompe la comunión entre los seres humanos. No reconoce Adán que son solidarios en el pecado, pues éste no une sino que sepata los hombres ante Dios.
Pero es significativo que Dios no interrogue a la serpiente.
(v. 14) - El veredicto se produce ahora a la inversa del interrogatorio. Por serpiente, no entiende el narrador sólo la especie zoológica, sino una encarnación del mal que está presente en el mundo de lo creado y acecha al hombre a vida o muerte, personifica más que otro ningún animal propiedades inquietantes con las que supera al hombre. Este trabó relaciones con el mal y desde entonces se verá expuesto al asalto de ese poder.
(v. 15) - El verbo SUF significa “aplastar” y trambién “atrapar”. La terrible maldición consiste en la desesperanzada lucha donde ambas “semillas”, “descendencias” se exterminan mutuamente. La exégesis antigua veía aquí una predicción mesiánica, un indicio de la victoria definitiva de la descendencia de la mujer (Protoevangelio)
(v. 20) - “Madre de todos los vivientes” es un título honorífico. El narrador ha unido estrchísimamente JAVÁ (Eva) con la palabra HAY = HAYYA = vida, en esta nominación hemos de ver un acto de fe, un aferrarse a la vida que es un gran misterio y un gran milagro el de la maternidad que se mantiene por encima de las fatigas y de la muerte. Los hombres se asen a esta vida que dan las madres a pesar de las muertes individuales, ¡estas palabras encierran dolor, amor, empeño!
Ef. 1, 3-6.11-12
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo;
4 por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
5 eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
11 A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
12 para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
(v. 3) - Después del saludo comienza Pablo con un himno al plan divino de salvación: María y Zacarías entonaron sus himnos de alabanza a Dios y tenían por qué, pero aquí Pablo no tiene ningún pretexto aparente para ello. Todo lo contrario: escribe en calidad de “prisionero”. Está encerrado entre cuatro paredes, día tras día y año tras año, con el encargo divino en el corazón de llevar el evangelio por todo el mundo, con la preocupación por todas las iglesias, con la fuerza de Jesús en su interior, con privaciones exteriores y en medio de este dolor se levanta un canto de alabanza y acción de gracias a Dios. Le basta el recuerdo de una fe común para que su alma exhulte. No alaba al Dios creador sino al Dios de la Revelación. En el Antiguo Testamento era el “Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob”, Dios cercano a los hombres y amigo de alguno de ellos, siempre Dios compadeciéndose a pesar de nuestra infidelidad constante. Y en este trasfondo nos habla del “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”: es la suma de todo el cristianismo: Jesucristo es nuestro Señor y en El podemos llamar “Padre nuestro” a Dios en un tono cálido y aquí comienza a desplegar la causa de su acción de gracias:
(v. 3) - Bendición espiritual en Cristo”, es decir, actuación del Espíritu Santo. Tenemos en este versículo una alusión trinitaria. “En los cielos” (2, 6) porque la resurrección de Cristo es nuestra resurrección, cabeza y miembros unidos indisolublemente para hacernos entrar en el Señorío de Cristo. La esperanza cristiana para Pablo es ya posesión anticipada. Y el contenido de esta bendición se expone en 1, 4-14.
(v. 4) - Le estimula a Pablo mucho este pensamiento “elección desde la eternidad” objeto de un amor divino, sin mérito propio, por puro don y liberalidad divina y desde siempre, pasando por Cristo esta elección. Y ésta por un fin próximo: “ser santos e inmaculados en su presencia”, separados de lo profano y consagrados al servicio de Dios. Santos porque nos hemos vestido de Cristo (I Cor. 1, 30) y éste es el objeto de la complacencia divina que provoca en el hombre el AMOR, como esencia de toda virtud, pues es amor derivado de aquel que es el AMOR.
(v. 5-6) - Y Dios nos quiere poseer como hijos, por Jesucristo (Gal. 3, 28): “hijos en el Hijo”, según expresión de los Padres de la Iglesia y sólo Dios es la fuente de esta predestinatición (gratuidad). Pero Dios no es sólo la fuente primera de su acción gratuita, sino también el fin último de este obrar (v. 12.14): actúa para gloria suya, dando a conocer a sus criaturas el esplendor de su gracia. En esto halla Dios su propia gloria, gloria extrínseca porque la intrínseca no aumenta por ser infinita. Aquí no hablamos en categorías humanas, pues Dios sería en este lenguaje un egoista. Pero Dios es el “completamente otro” y es en sí solo, por eso el buscarse Dios como último fin es la esencia de su santidad. Este es nuestro Dios inabarcable, que nos da su gracia, ello nos hace rebosar de alegría profunda y gratitud. Y todo en el Amado (Jn. 3, 16) Dios nos ama con el amor con que ama al Amado.
(v. 11-12) - Ahora habla a los judeocristianos. Ellos son el pueblo elegido, pero tan solo conforme a la decisión de su voluntad. Y repite Pablo que en Cristo fue elegido Israel y hacia este Mediador estaba dirigida toda la esperanza con el fin último de ser “alabanza de su gloria” (v. 5-6)
Lc 1,26‑38
26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
28 Y entrando, le dijo: « Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. »
29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: « No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. »
34 María respondió al ángel: « ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? »
35 El ángel le respondió: « El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,
37 porque ninguna cosa es imposible para Dios. »
38 Dijo María: « He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. » Y el ángel dejándola se fue.
A) Llena de gracia (v. 26-29)
(v. 26) - El relato de la anunciación de Jesús es una obra maestra en la forma: Evangelio áureo. Tres veces habla el ángel, tres responde María y tres veces expresa su actitud ante la oferta de Dios.
La aparición del Arcángel Gabriel da el tono a la escena de la Anunciación. Desde Dan. 8-9, Gabriel era para el judaísmo el anunciador de los últimos tiempos, el guardián del “fuego”, que es el símbolo del día escatológico de Jahvé. Su aparición en la casa de María significa que los últimos tiempos han sido inaugurados. En Gen. 3, 24, Gabriel aparece con su espada de fuego como guardián del Paraíso y ahora con su aparición da acceso al mismo.
(v. 27) - La escena tiene lugar en la humilde casa de Nazaret. Lucas opone al anuncio del nacimiento del Bautista hecho en el Templo de manera solemne, el anuncio a María que fue en el secreto del alma de una joven pobre y en una región despreciada: Galilea (Jn. 1, 46; 7, 41). Lucas parece establecer en su conjunto una oposición entre Jerusalén y María como si ésta heredase las prerrogativas de la primera.
(v. 28) - El saludo del ángel se puede traducir mejor por “¡Alégrate... , pero aún así habría sido traducción banal si no se hubiera añadido: ¡... porque el Señor está contigo!. Pero esta frase ya fue pronunciada por los profetas refiriéndose a Jerusalén para anunciar la próxima llegada del Mesías (Za. 9, 9) (Sof. 3, 14). Por tanto, en este saludo hemos de ver una trasposición de los privilegios reservados a Jerusalén, en beneficio ahora de María. Las profecías no van ya a entidades materiales sino a las personas: a la Virgen María, único “Resto” fiel de la primera Sión.
- La expresión “el Señor está en tus entrañas” encubre el misterio de la Concepción por la expresión paralela de (Sof. 3, 14-15), que literalmente significa: “el Señor está en tus entrañas”
- “Llena de gracia” ha sido explicado por la teología posterior más explícitamente que en Lucas, donde quiere decir: “agraciada”, como en el vocabulario de los esponsales (Rut 2, 10; 2, 13) (Ester 2, 9.15.17) (Cant. 8, 10). Es un contexto matrimonial. Dios busca desde hace tiempo una esposa que le sea fiel. Su esposa anterior no lo fue y está dispuesto a “desposarse” de nuevo (Os. 1-3). María comprende que Dios va a realizar en ella el misterio de los esponsales prometidos en el A.T. El realismo de este misterio será sorprendente: las dos naturalezas se unirán en el Hijo de María en unión matrimonial.
- A las palabras anteriores va a añadir el evangelista una frase que figura sólo en la Vulgata: “Bendita eres”. Esta frase se atribuye a Isabel en el momento de la Visita de la Virgen y testigos tardíos la han reproducido aquí por influencia de la oración del “Ave María” (Jue. 5, 24-27 = Gn. 3, 15). Es el elogio a la mujer victoriosa del mal y del enemigo (Jdt. 14, 7) (Jdt. 13, 18s) una de las grandes heroínas de su pueblo que ha traído al Salvador que nos librará de todos los enemigos (Lc. 1, 71).
(v. 29) - El saludo ha terminado y María se turbó por la palabra del ángel. Zacarías se turbó por la aparición. María por su palabra, por la grandeza del saludo, se preguntaba” qué podía significar
aquel insólito saludo. Dado que oraba y vivía entre los pensamientos de la Sagrada Escritura, tenía que surgir en ella un barrunto de la grandeza que se le anunciaba con aquellas palabras.
B) Promesa llena de gracia (v. 30-34)
(v. 30) - Moisés (Ex. 3, 11s) y Gedeón (Jue. 6, 15s) y Sión (Sof. 3, 16s) e Israel tenían necesidad de ser alentados así: Dios quiere salvar (Is. 43, 5). Todos se daban cuenta de su flaqueza, así mismo María, pero la gracia de Dios la asistirá y por medio de ella Dios lleva a término la historia de la salud. Dios es quien hace lo grande en lo pequeño: “Has hallado gracia ante Dios” (II Cor. 12, 10)
(v. 31) - “Mira”: las palabras de la anunciación evocan el anuncio del Emmanuel por (Is. 7, 14; Mt. 1, 23). No se menciona ningún padre o varón y así se prepara el misterio de la concepción virginal.
- “Concebirás en el seno” (Sof. 3, 17). Con ella estará Emmanuel. María será el nuevo templo, el pueblo de Dios en medio del cual mora él. Se llamará Jesús, no se le explica el nombre como tampoco se explicó el de Juan. Dios quiere ser Salvador por medio de Jesús (Mt. 1, 21).
(v. 32) - Juan “será grande a los ojos del Señor”. Jesús es grande, sin medida y será Hijo del Altísimo. El nombre reproduce el ser. El Altísimo es Dios y su poder envolverá a María, por ésto, su hijo se llamará Hijo de Dios.
- En el niño que se anuncia se cumple la profecía de Natán a David de parte de Dios y que fue faro en la historia de Israel (II Sam. 7, 12-16). Jesús será también soberano de la Casa de David.
(v. 33) - “Reinará por los siglos en la Casa de Jacob” (Is. 49, 6). Jesús reunirá al Pueblo de Dios y a los gentiles. Su reino abarcará al mundo, los pueblos y los tiempos.
(v. 34) - La respuesta al mensaje de Dios es una pregunta (1, 18). Zacarías pregunta por un signo que le convenza de la verdad del mensaje; María cree en el mensaje y sólo después busca solución a la pregunta que se le ofrece. ¿Cómo conciliar maternidad y virginidad?. No tengo relaciones conyugales. Lucas consigna la pregunta de María pero no le da ninguna explicación. La pregunta le parecía importante. (SE TURBO – PREGUNTO – ACEPTO)
C) Concepción por gracia (v. 35-38)
(v. 35) - La acción de Dios es increíblemente nueva, se trata de una virgen que ha de ser madre sin ninguna cooperación humana: Jesús ha de recibir la vida de Dios mismo (Jn. 1, 13). Se supera en esta acción de Dios lo que hasta ahora había sucedido a los grandes de la historia sagrada: Isaac, Sansón, Samuel, Juan Bautista. “El Espíritu Santo vendrá sobre tí”. La fuerza divina activará el seno de María. El Espíritu Santo es una fuerza que vivifica y ordena: (Gn. 1, 2) (Sal. 104, 30). Es la suprema revelación de la libertad creadora de Dios.
- (EPISCHENOSE) “El poder del Altísimo te envolverá en su sombra” (Ex. 40, 34) (I Re. 8, 11). La gloria de Dios es luz radiante y virtud activa. La gloria de Dios, que es fuerza, llena a María y causa en ella la vida de Jesús. En Jesús se manifiesta la gloria de Dios mediante la encarnación que se produce de María. Ella es el nuevo templo, signo de la presencia de Dios entre los hombres.
- Todos estos prodigios harán que el que nazca sea Santo (Act. 2, 27) (4, 34). Jesús supera a todos los portadores del Espíritu Santo, pues El lo comunica, Jesús es Hijo de Dios (1, 32; 8, 28) desde la concepción.
(v. 36) - María creyó sin signo alguno, a la palabra del ángel, pero Dios le otorgó un signo: apoya con un signo la buena voluntad de creer. Un signo que se acomoda a María: en aquel momento nada podía afectarle tanto y tenía mucha comprensión hacia la maternidad. También ha concebido Isabel, que era tenida por estéril y “éste es el sexto mes”.
(v. 37) - “La palabra de Dios nunca carece de fuerza” es la traducción literal (Gn. 18, 13s). La palabra de Dios es eficaz, como lo fue en Abraham, en la historia de la salvación y en la vida de la Iglesia que son siempre signo.
- La acción salvadora alcanzó en Juan Bautista su cumbre en el A.T. y halló su consumación en Jesucristo. Tanto Sara como María hallaron gracia ante Dios, María es hija de Abraham en la fe y en la gracia (Gal. 3, 16).
- María emparentada con Isabel de la tribu de Leví, debía de estar emparentada con el sumo sacerdote Aarón. Jesús pertenece a la tribu de Leví por María y a la de Judá por José, por descendiente de David. En tiempos de Jesús estaba viva la esperanza de que vendrían dos mesías: uno de la tribu de Judá , que sería rey (Zac. 6, 9-14; I Mac. 14, 41)y otro de la tribu de Leví que sería sacerdote. El plan de Dios era que Jesús reuniera en su persona la dignidad sacerdotal y la regia.
(v. 38a) - El mensaje de Dios se ha transmitido, la reflexión de María ha cesado, el signo se ha ofrecido; ahora se aguarda la respuesta. Dios no fuerza nunca: atrae, solicita, suscita anhelos, persuade... María dará su consentimiento con libre decisión. Ella ha comprendido bien la voluntad de Dios y la cumple como “esclava del Señor”. Esta voluntad de Dios lo es para ella todo. Con la fe de Abraham comienza la historia de la salvación (Gn. 12, 1-4) y con María se completa. Sólo la obedeciencia logra la salvación (Hb. 10, 5-7; Fp. 2, 8). En la frase de María no hay ningún “yo”. Dios lo es todo para ella y lo salido de sus entrañas: Jesús, lo será todo para el Padre, hasta que en la consumación, “Dios lo sea todo en todos” (I Cor. 15, 28).
(v. 38b) - Las palabras “se retiró”, enlazan los dos cuadros de las anunciaciones (1, 23). Ambos cuadros son comunes y se pueden comparar con sus semejanzas y diferencias: es un díptico perfecto estructurado por Lucas.
En estos dos cuadros Jesús es el mayor.
- Cuando María expresó su obediencia, la misión del ángel, quedó terminada. No se nos dice cómo se verificó la concepción. Ante lo más grande se recomienda el silencio (Jn. 1, 14) que Juan expresó así.
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