"Ventana abierta"
Segunda Semana de Adviento
Un mercader volvía de viaje. Había visitado países lejanos y traía los brazos cargados de regalos. Había objetos y tejidos raros, especias exóticas y joyas. Cada uno de los miembros de la familia recibió algo extraordinario. Pero a su mujer, el mercader le ofreció una simple bolsa de tela.
- “Cuídala bien”, le dijo. “Parece que la bolsa posee dones de profecía. Nos anunciará la venida del Rey de los Reyes”.
La mujer quedó muy sorprendida. A veces llevaba la bolsita
tosca a su oreja y la miraba por todas las costuras, pero no encontraba nada de
particular.
Un día, el mercader se
ausentó por un nuevo viaje. Su mujer tomó la bolsita y se internó furtivamente
en el bosque. Cuando se sintió escondida de todas las miradas, abrió la bolsa.
¿Saben que encontró
allí? ¡Cebollas!, simples cebollitas. “¿Este era todo su secreto?, gritó
decepcionada. Esparció las cebollitas sobre el campo y se volvió a su casa.
Las cebollitas quedaron
olvidadas en el camino en el medio del bosque. Expuestas al viento y a la
intemperie, fueron pronto cubiertas de polvo y tierra.
Ocurrió que en el
camino que conducía a María y José a Belén atravesaba justamente este bosque. Y
lo que el mercader había predicho ocurrió. Las cebollitas se abrieron bajo el
paso de María y de ellas salieron pequeñas flores blancas y plateadas que
iluminaban el suelo como si hubiera sido sembrado de estrellas.
Hoy todavía florecen
estas pequeñas flores y anuncian la venida del Rey de los Reyes.
Florecen en algunos países en Navidad y se les llama” Rosas de Navidad”.
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