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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 30 de enero de 2011

CONSTRUCTORES DE PAZ.


 Cuaresma.


Visitando en la cárcel y Perdonando a la misma persona que le disparó.
Una vez más nos encontramos frente a la triste realidad de la guerra. Una realidad triste, que nos golpea en lo más hondo del alma. Una realidad que, además, nos abruma ya que nos sentimos indefensos ante ella. Una realidad inmanejable para nosotros desde nuestra pequeñez. Una realidad triste, triste, triste...
Numerosas voces se han alzado en contra de la guerra. Desde personas influyentes hasta las más humildes. Desde Jefes de Estado hasta el último de los ciudadanos de muchos países. El Santo Padre, inclusive, ha pedido repetidas veces que se evitara la guerra y se optara por la vía diplomática.
Ante esta difícil y dura realidad tenemos - como siempre - distintas alternativas. Una de ellas es la de la indiferencia. ¡Total es tan lejos!
¡Cuántas veces somos indiferentes ante nuestro prójimo necesitado, y no nos preocupamos sino hasta que el problema nos afecta directamente! Cabe entonces preguntarnos cuál sería nuestra postura si nuestro país fuera el atacado.
Otra alternativa es la del odio. Creemos que esta postura no nos llevaría a nada. Jesús mismo viene a decirnos que tenemos que AMAR a nuestros enemigos. ¡Difícil tarea!
Desde "Mensajes del Alma", queremos proponer, humildemente, ser constructores de paz. Como cristianos, estamos llamados a esto. Nadie con un mínimo de sensatez podría pedirnos que solucionemos el conflicto entre EEUU e Irak. Sin embargo, hay muchas otras cosas que sí podemos hacer. Veamos algunos ejemplos:
· Podemos saludar a nuestro vecino
· Podemos obedecer con paciencia a nuestros padres, jefes y sacerdotes.
· Podemos ser más pacientes con nuestros hijos y empleados.
· Podemos ser más respetuosos con los demás (tal vez no fumando en lugares prohibidos, manejando con prudencia, tirando los papeles en el cesto, evitando hablar mal del prójimo)
· Podemos, sobre todo, dedicar más tiempo a la oración (especialmente en este tiempo de Cuaresma), para pedirle al Buen Dios que ilumine a aquellas personas que rigen los destinos de nuestra tierra.
Y esta es nuestra propuesta. Porque queremos no solamente evitar esta inútil guerra, sino prevenir las futuras. Si cada uno de nosotros pone un poco de sí mismo, seguramente podremos, entre todos, construir un mundo mejor para nuestros hijos.
¡María Santísima, que seamos constructores de paz!



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