"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os
soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
Isaías 46: 4
(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11: 28
Si me amas
Eva era misionera en una región de Oriente
Medio. Desde hacía mucho tiempo ejercía un servicio cristiano muy útil entre
las mujeres. Para hablar sobre la Biblia acostumbraba sentarse en el suelo,
sobre una alfombra, según las costumbres de esos países. Con el paso de los
años el suelo se fue haciendo más duro, y la posición se volvió incómoda para
Eva.
Un domingo, mientras estaba sentada en una
alfombra, cansada y a punto de desmayarse, una mujer notó su agotamiento.
Entonces se acercó y se sentó detrás de ella, para que su espalda se apoyase en
la suya. Al principio Eva no quiso aceptar la propuesta, pero su amiga insistió
diciéndole: “Si me amas, apóyate fuerte”. Eva recibió ese ánimo como si viniese
de Jesús, su Maestro.
Entonces se relajó y encontró, a la vez, un
alivio para su cuerpo y un aliento para su alma.
Esta pequeña anécdota nos enseña una lección
muy sencilla. Estimadas madres de familia, mujeres con trabajos agobiantes o
muy repetitivos, a veces el Señor tiene que decirnos: “Si me amas, apóyate
fuerte”.
Tenemos preocupaciones, cargas que nos agobian. Estamos muy cansadas, pero como Eva, dudamos en descargarnos, en abandonarnos a él. Podemos estar seguras de que si nuestro Maestro aprecia lo que hacemos por él, también desea nuestra confianza. Esta tiene más valor para él que una actividad sobreabundante. ¡La mejor manera de expresarle nuestro amor es apoyarnos fuerte en él!
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