"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8: 26
Cristo… intercede por nosotros.
Romanos 8: 34
Todo tipo de oraciones (14) – Conclusión
En las últimas semanas (desde el 29 de agosto),
consideramos varios ejemplos de creyentes orando; cada uno de ellos nos anima
de forma diferente:
¿Estamos tristes y nos sentimos incomprendidos?
¿Sentimos la necesidad de tener un contacto diario con nuestro Dios, de ser
guiados por él para afrontar nuestras responsabilidades profesionales? ¿Debemos
actuar rápido ante una situación imprevista? ¿Estamos ante una situación
desesperada por nuestra culpa? ¿Tenemos dificultades en nuestra vida conyugal o
familiar? La bendición de Dios, ¿tiene valor para nosotros?
¿Necesitamos consejos para tomar una decisión
personal? ¿Estamos al tanto de las dificultades de nuestros amigos creyentes?
¿Nos sentimos preocupados o atormentados por cuestiones que no podemos
resolver? ¿Admiramos la grandeza de Dios, su interés y su bondad hacia
nosotros?
Entonces, como Ana, Ezequías, Nehemías, Jonás,
Isaac, Jabes, David, Elías, Epafras, Asaf y Pablo, oremos, lloremos,
supliquemos, insistamos, clamemos, pidamos, combatamos, esperemos. Luego,
sometámonos a la voluntad de Dios en paz y adoremos…
Y si ya no tenemos la fuerza para orar con palabras, ni sabemos “qué hemos de pedir como conviene”, hagamos subir nuestros suspiros a Dios. El Espíritu Santo se los presentará.
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