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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 18 de noviembre de 2021

Una meditación para cada día. ¿Demasiado culpable?. Jueves - 18 - Noviembre - 2021

 "Ventana abierta"

La Buena Semilla

Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Isaías 1: 18

¿Demasiado culpable?

A petición de un amigo, visité a un enfermo que se oponía mucho al Evangelio. Yo no lo conocía. Nuestra conversación solo me dejó la posibilidad de evocar a su padre, un fiel cristiano que había conocido hacía muchos años.

Algunos meses más tarde su médico me dijo que el enfermo se había agravado y por ello debía ser hospitalizado. Me animó a ir a verlo lo antes posible, pues podría morir en breve. Fui rápidamente a visitarlo. El Señor le había hablado. Tomó conciencia de que había ofendido gravemente a Dios durante toda su vida de rebelión contra él. ¡Necesitaba su perdón! Pero pensaba que había hecho mucho daño y que era demasiado culpable; por ello decía: “¡El Señor no puede perdonarme!”.

Leímos juntos la escena del evangelio de Lucas en la que uno de los malhechores, crucificado al lado de Jesús, y quien poco antes lo había insultado (Mateo 27: 44), se dirigió a él y le dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23: 42).

Me detuve y le pregunté: ¿Qué respondió Jesús a ese malhechor? ¿Acaso le dijo: Hiciste o dijiste demasiadas cosas malas? No, escucha esta maravillosa respuesta: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23: 43). Jesús está vivo, te habla ahora. ¡Esta respuesta también es para ti! Inmediatamente la paz de Dios llenó el corazón del enfermo. Sus angustias dieron lugar a una gran calma. Al día siguiente estaba con Jesús.

“Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15: 7).

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