"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El autor nos conduce en estos cinco minutos diarios para abrirnos al Espíritu de Dios y percibir la fuerza de su consuelo.
Cuando sentimos que nuestra vida es algo
mediocre, a veces nos surge el deseo de hacer algo grande, llamativo,
extraordinario. Y envidiamos a las personas que se destacan.
Pero como no nos sentimos capaces de cambiar completamente
de vida o de dar grandes pasos, entonces optamos por quedarnos cómodos en
nuestra mediocridad.
Sin embargo, el Espíritu Santo por lo general
no quiere ninguna de las dos cosas, porque sabe que nosotros cambiamos dando
pequeños pasos, llegamos poco a poco a las cosas grandes a través de cambios
pequeños que se van sumando y nos van modificando lentamente.
No es o todo o nada. Es poco a poco.
Los seres humanos tenemos la tendencia
permanente a clausurarnos en lo que ya hemos conseguido, y a quedarnos cómodos
en la normalidad que vivimos. Por eso mismo un pequeño paso siempre es en
realidad algo inmenso. Podríamos decir que el Espíritu Santo exulta de gozo
infinito cada vez que nosotros damos un pequeño paso: cada vez que nos
decidimos a pedir perdón por nuestros pecados, cada vez que damos una limosna,
cada vez que visitamos a alguien que nos necesita, cada vez que entramos a una
iglesia sólo dos minutos a decirle algo al Señor. Todo eso que a nosotros nos
parece demasiado simple o que no vale mucho, sí que vale. No será todo lo que
se puede hacer, pero en este momento es todo, porque es lo que puedo hacer.
Dejemos que el Espíritu Santo nos impulse a dar esos pequeños pasos, y no nos resistamos pensando que son pequeños o inútiles.
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