ventana

ventana

Sean bienvenidos

Sean bienvenidos

Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 23 de octubre de 2021

RINCÓN PARA ORAR. MAESTRO, QUE RECOBRE LA VISTA. Sábado, 23 - Octubre - 2021

 "Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR

SOR MATILDE

MAESTRO, QUE RECOBRE LA VISTA


46 Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.
47 Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
48 Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
49 Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.»
50 Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús.
51 Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!»
52 Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino. (Mc.10, 46-52)

Los ciegos en Israel padecían un mal irreversible que les hacía descender en su condición humana y dignidad: no les quedaba otra salida en la vida que la mendicidad en donde había afluencia de gente. Por tanto, vivían de limosnas. Bartimeo es uno de estos desgraciados que pacientemente estaba al borde del camino. Pero este día que relata el evangelista algo cambió su vida: “Oyó que pasaba Jesús Nazareno”, el taumaturgo de Galilea. Bartimeo estaba ciego, pero no era ni mudo ni sordo y había oído las maravillas que obraba Jesús en los enfermos que le pedían la salud para sus males…

Una luz fuerte de esperanza se despertó en su espíritu y, prescindiendo de quienes le rodeaban, comenzó a gritar con fuerte voz: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!”. Y gritaba no una vez, sino repetidamente, para que Jesús le oyera, para que su corazón se conmoviera como estaba el suyo, repleto de fe... Algunos de los presentes le regañaban para que no gritase, porque esas formas no correspondían al trato con el Mesías. En cambio, otros, llenos de la misma fe que el ciego, lo animaban a gritar más fuerte… ¡Y el ciego no cesaba en su empeño!... Jesús, por fin, dijo a los presentes: “¡Traédmelo!”. Y el ciego, no sólo anduvo hacia Jesús, sino que voló a su encuentro corriendo... Y: “¿Qué quieres que haga por ti?”: “¡Jesús, que pueda ver!”… Y al punto, recobró la vista...

Esta historia está relatada con tanta viveza que nuestro espíritu no puede dejar de conmoverse, como lo estaba el ciego y los presentes que vieron a este curado y “desorbitado” en alabanzas a Dios y acciones de gracias, por la bondad que mostraba en su Elegido, en su Mesías...

Sólo, el que ha arriesgado su fe, poniendo un reto a Dios, y ha sido escuchado en su petición, ya sea reclamándole salud física o espiritual o cualquier otra cosa que le sea vital, digo que sólo el, puede comprender las emociones y la alegría que embargaban a este pobre ciego, pues acercarse a Jesús es quedar tocado de sus sentimientos, que por ser divino- humanos, son purísimos y llenos de luz y amor...

¡Seamos ávidos de entrar en el Corazón de Cristo, todo bondad y misericordia, que nunca dejará de escuchar y bendecir nuestras necesidades, hechas con pobreza, humildad de corazón y mucha carga de confianza segura en Dios!...

¡Su Espíritu Santo es poderoso para salvar y hacer de un hombre, quizás muy apegado a los bienes de este mundo, un hijo de Dios y, por tanto, un santo!... “El que se acerca al Espíritu Santo de Dios queda hecho Uno con Él”, un santo.

¡Oremos y oremos, con sencillez y mucha fe, porque seremos escuchados!… ¡Amén, amén!...

No hay comentarios: