"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Santiago 4: 7-8
El tren accidentado
Bill y Jim trabajaban en una compañía
ferroviaria en la costa del Pacífico. Bill era cristiano, pero Jim no admitía
la existencia de un Dios que habría creado un mundo como este, con tanta
miseria y maldad. Cierto día ocurrió un grave accidente en la línea que va de
Seattle a Portland. Bill y Jim fueron al lugar del siniestro. Se encontraron
con una masa deforme de escombro y hierros. Era todo lo que quedaba del
admirable tren express totalmente nuevo que había salido del almacén poco
antes.
Bill, un poco provocador, dijo a Jim:
– ¡Cuando pienso que trabajamos para una compañía
que hace pasar esto por un tren! ¡Ese montón de hierro no se parece nada a un
tren!
– ¡Es una tontería lo que dices! ¡Sabes bien
que el conductor estaba ebrio!
– Claro, y tú, bien sabes que el responsable
del estado actual de este mundo no es el Creador. Dios creó al hombre a su
imagen, perfecto. Pero como resultado del pecado de Adán y Eva, todo se
arruinó, es como si un conductor ebrio fuese el responsable del desastre.
– Tienes razón, no es justo culpar a Dios por
la situación actual; por supuesto, fue el hombre quien estropeó todo.
Por fin Jim se volvió a Dios. Y nosotros,
¿sabemos que debido al pecado del hombre, Satanás se convirtió en el “príncipe
de este mundo” y quiere llevar a la perdición al mayor número posible de
personas? Pero Dios nos dio un remedio: la fe en Jesucristo, único y seguro
medio para escapar al desastre hacia el cual Satanás lleva a los hombres sobre
los cuales gobierna.
“Antes bien sea Dios veraz, y todo hombre
mentiroso” (Romanos 3: 4).
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