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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 22 de octubre de 2021

Una meditación para cada día. La vejez, ¿y después? Viernes, 22 - Octubre - 2021

"Ventana abierta"

La Buena Semilla

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

1 Corintios 15: 55

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.

1 Juan 5: 13

La vejez, ¿y después?

Hablando de la muerte, una anciana, acostada en su cama y con asistencia respiratoria, meditaba sobre la fragilidad y la dependencia de los que entran en la vejez. “La gran vejez es la pobreza total”, afirmaba. Sin embargo, ella consideraba su muerte como un “encuentro filial” con Dios. Recordaba su pasado y decía que había llegado la última página de su vida en la tierra, la que pronto pasaría para dar lugar al maravilloso encuentro. “Entraré en la muerte por medio de este vínculo de filiación con Dios que atravesó toda mi vida. Me preparo para vivir el encuentro con mi Señor. ¡Podré disfrutar de su amor cara a cara eternamente!”.

A medida que pasaban los meses, sus palabras se hacían más precisas: “No tengo miedo de morir. Para el cristiano, morir debería ser el día más hermoso de su vida. ¡Qué gozo ir hacia ese encuentro final!”.

La fe que cree la Palabra de Dios permite vivir tales certezas. Escuchemos lo que nos recuerda el apóstol Pablo: “Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo (nuestro cuerpo), se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial… Porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida” (2 Corintios 5: 1-2, 4).

“En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15: 52-53). 

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