"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
¿PERO AÚN NO TENÉIS FE?
35 Este día, al atardecer, les dice:
«Pasemos a la otra orilla».
36 Despiden a la gente y le
llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él.
37 En esto, se levantó una
fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba
la barca.
38 El estaba en popa,
durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa
que perezcamos?».
39 El, habiéndose despertado,
increpó al viento y dijo al mar: “¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y
sobrevino una gran bonanza.
40 Y les dijo: «¿Por qué
estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?» (Mc. 4,35-40)
Hay un pasaje en el Evangelio en el que Jesús se admira:
“Y se extrañó de su falta de fe". Y en este Evangelio de hoy: “¿Aún no
tenéis fe?”: “!Viendo tantos signos y milagros todavía os preguntáis: ¿pero
será verdad que es el Mesías esperado, el Enviado por Dios, el que viene a
salvarnos?... ¡Ven que les está salvando “ya”, que les libra de enfermedades,
de demonios y hasta de perecer en medio de las olas del mar encrespado, que
parece devorarlos!... Pero “Jesús, en medio de los peligros y dentro de una
barca que zozobra, está dormido en la popa sobre un cabezal”... Por mucho que
arrecien las amenazas, Jesús está en paz, desafiando con su fuerza y poder todo
lo que quiere destruirles... El mar lo obedece, la tormenta se pone bajo sus
pies al conjuro de su Palabra omnipotente: “¡Silencio, enmudece!”...
¡Y ante todos estos milagros, los discípulos “se
admiran”!. Pero la admiración es tan sólo el umbral de la fe, ¡pero no la fe
misma!... Porque la admiración abre una brecha entre Jesús y la impotencia
del hombre, por ello “tienen miedo”. Pero lo fe nada teme, porque no se apoya
en uno mismo, ni siquiera en su insignificante poder, sino que el punto de
apoyo de la confianza está en el mismo Jesús que todo lo puede, además que “sin
Mí no podéis hacer nada”... Sí, es verdad que para el hombre es “un salto en el
vacío” porque, antes de saltar a los brazos de Jesús, no se ve nada donde
sostenerse y es que esto no es una cuestión de ver o sentir, es cuestión de
fe... Y la fe, no lo olvidemos nunca, es un Don grandísimo de Dios que nos
concede primariamente en nuestro bautismo... Después, la da a quién quiere y
como quiere. Pero como es el Espíritu Santo el que da este regalo, hay que
pedírselo sin ver y después lo obtendremos. Jesús nos aseguró: pedid y
recibiréis”… Y “mi Padre del cielo, ¿cómo no os dará el Espíritu Santo a los que
se lo pidan?”... Esto es cuestión de obediencia a Su Palabra, que nos dice
cosas de las que no tenemos experiencia, pero que son Verdad, porque “Dios es
la Verdad misma”… “Obediencia", que es “el oído bien abierto” para recibir
“las vibraciones” que vienen de otro mundo y al que sólo podemos acceder de la
mano de Jesús y con el único apoyo de su Palabra viva y eficaz...
¡No tengamos miedo mientras estemos pegados a Jesús, pues este “contacto” nos hace omnipotentes, con la fuerza de Dios que está a nuestro favor, si le somos fieles... “¡Sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor!”... ¡No nos dejemos vencer por nuestras potencialidades, que son exiguas, miremos más arriba y recibiremos, a manos llenas, la paz, la seguridad y la confianza alegre y desenfadada, que piensa poco en sí mismo, pero ama mucho a Jesús, Nuestro Señor, Nuestro Amor y nuestro Dios!... ¡Amén, amén!...
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