"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Manuel Enrique Figueroa
LA CIUDAD DE LAS MIL CARAS
Este pasado domingo 30 de mayo, el Ayuntamiento
de Sevilla, en la festividad de san Fernando, ha concedido las medallas de la
ciudad de Sevilla y otros galardones como Hijo Adoptivo e Hijo Predilecto de la
ciudad. El alcalde-presidente del Ayuntamiento de Sevilla, don Juan
Espadas Cejas, cerró el acto con un discurso de gran calado. Antes de
comentar su esencia, expresar el agradecimiento, con seguridad de todos los que
allí estábamos, por el baño de arte, de música y danza que nos regalaron. Una
auténtica expresión de lo mejor del alma humana.
El alcalde de Sevilla habló de Sevilla como la
ciudad de las mil caras. Es una hermosa metáfora que con seguridad utilizaré
citando su fuente. Invitó el alcalde, en un breve pero intenso discurso final a
sumar el conjunto de esos rostros que agrupan las mil caras de la ciudad,
combinando las distintas ciudades que conforman Sevilla. En todas las ciudades
hay muchas ciudades, a veces invisibles, como expresa en otro contexto Italo
Calvino. Invisibles, pero que están y hacen posible la vida global de la
ciudad. El alcalde habló de equilibrar, es lógico, las urbes muestran
desequilibrios que hay que regular. La ciudad de Sevilla actual ha iniciado un
camino sin retorno, porque no hay alternativa, hacia una ciudad más
equilibrada. El camino será largo, pero es el único camino. Esas mil caras que
cita el alcalde están ahí, esperando una respuesta, y cooperando a una vida
mejor para todos en cada barrio.
Estamos sufriendo una sindemia (convencionalmente
pandemia) que ha castigado y castiga a los más débiles, el alcalde llama a la
recuperación y a redescubrir. Quizás descubrir aspectos de la ciudad que
desconocemos. Los fondos europeos implicados en el Plan de Recuperación, Transformación
y Resiliencia deben llegar a las ciudades, a sus barrios, a esos pequeños
negocios que han cerrado, a sufridos autónomos, en muchos rostros de la ciudad,
ahora entristecidos por una injusta sindemia de oscuro origen. Tiene razón el
alcalde de Sevilla, en esta ciudad hay muchas caras, muchas vidas, mucha
generosidad y esfuerzo.
En el acto de entrega de medallas y
distinciones de Sevilla se podía ver unido al gobierno municipal, representado
por el alcalde, a los diferentes partidos que integran la municipalidad en la
persona de sus portavoces. Se necesita la unidad de esfuerzo para la empresa
común de Sevilla. Dar visibilidad a las mil caras de Sevilla en un marco
solidario, justo y equitativo, en una ciudad solidaria, convivial y sostenible
es la meta común. Dijo el alcalde, y la prensa de Sevilla lo ha recogido bien,
que los galardonados en este acto del día de san Fernando, un día grande para
la ciudad, son un espejo en el que hay que mirarse para construir un proyecto
colectivo de ciudad que afronte los retos e incertidumbres, planteando la
esperanza necesaria en un marco de desarrollo que no deja a nadie en el camino.
La entrega de medallas de Sevilla puso de
manifiesto muchas cuestiones. En el acto de la entrega se reconoció mucho
esfuerzo, mucho amor a las personas y a la ciudad, también fe, tanto
trascendente como de una visión de una ciudad mejor, y, sin duda, esperanza.
Los medios de comunicación, también nuestra excelente prensa local, han
recogido la aportación de cada persona de forma detallada y no es objeto de
esta aportación repetirlo. La idea es hablar de símbolos. Y hubo muchos,
símbolos importantes para el presente y futuro de la ciudad, mirando su pasado.
Uno esencial fue la capacidad de las personas de superar inicios muy duros
hasta alcanzar metas muy elevadas donde pudieron dar lo mejor de ellos para los
demás. Qué gran ejemplo el de muchos de los galardonados, la juventud de
Sevilla debería conocerlos para ver que hay futuro con esfuerzo y siempre
esperanza, la necesaria esperanza. Otra cuestión esencial puesta de manifiesto
fue el papel de la cultura, quedó muy claro su papel, su esencia en la vida de
la ciudad. De acuerdo con Juan Espadas Cejas, por la cultura pasa nuestra
recuperación social, anímica y económica.
Entre los galardonados hubo magníficos
ejemplos, arte, libros, teatro, la vida en esencia de la ciudad. Otra cuestión
que se percibía en la biografía de los distintos galardonados, a título
personal o institucional, era la entrega a los demás, al bien común, una
generosa perspectiva de las caras más desprotegidas de la ciudad. Reconocer,
como se ha hecho en este día de san Fernando, a quien contribuyó de forma
relevante a la construcción de vivienda social en Sevilla es muy justo. Y no se
olvidó el cuidado de los médicos, enfermeros y técnico que cada día en las
ciudades, y de forma intensa en los tiempos vividos, recorren las calles dando
salud. En una ciudad como Sevilla, el papel de Hermandades y Cofradías, se
palpa todo el año, es parte de su Iglesia. Y el flamenco, junto con los libros,
el teatro, la danza y la cultura, recibió el homenaje que se merece. El
flamenco nació en Andalucía y su esencia se mantiene en nuestra comunidad, en
los barrios de nuestra ciudad, en esas plazas sin árboles que aún tenemos,
espacios de convivencia necesarios que el Ayuntamiento está mejorando. El
flamenco es una cara de esta ciudad de las mil caras, unas caras que inspiran
vida a través del teatro, cuidado especialmente en esta ciudad por personas
generosas. Se ha premiado la labor por los consumidores, que necesitan
protección y quien vele por ellos, la de investigadores, divulgadores,
constructores de futuro. Necesitamos un periodismo libre, la información es
necesaria, la información democratizada, también se reconoció la importancia de
esas personas que cada día nos traen la información. Hay personas que han
ayudado a muchos jóvenes en situaciones de marginalidad desde hace años, desde
tiempos más oscuros, a través del deporte. La demografía en España está muy
mal, no se tienen hijos, la mayor parte de las veces porque no se puede
económicamente, pero también porque no se puede biológicamente. Hay médicos que
velan porque muchas personas puedan tener hijos. El corazón es imprescindible,
y hay cuidado para él en esta ciudad de las mil caras. Y los imprescindibles
colegios, generando docencia en zonas muchas veces marginales con profesionales
entregados, educación de muy alto nivel ejercida cada día en cada año. También
ese mundo dedicado a Dios y a los otros, representado por mujeres consagradas,
tuvo su lugar en este acto de entrega de galardones en el día de san Fernando;
otra parte de nuestra Iglesia. También hay que reconocer a los que ayudan a
estas mujeres consagradas y su labor; y Sevilla lo ha hecho. Empresas que han
contribuido a la vida mejor en Sevilla en una economía más distribuida. Y la
hostelería que ha sufrido tanto, y aún sufre, por la pandemia (sindemia)
también fue reconocida. La hostelería es esencial en nuestra economía y hay que
recuperarla, todos podemos ayudar.
Sevilla es la ciudad de las mil caras, es una
bonita metáfora. Una metáfora que refleja miles de corazones, miles de almas,
miles de vidas en una ciudad que crece en solidaridad y equidad, una ciudad que
debe superar las heridas de la injusta sindemia. Una ciudad con profunda trascendencia
y espiritualidad. En el propio acto de la entrega de medallas de la ciudad,
aludió al concepto mariana que acompaña a Sevilla en su escudo, una ciudad con
mil caras que hay que cuidar, mil caras que nos cuidan como las caras que
representan los galardonados en el día de san Fernando en esta bendita ciudad
que tiene tanta capacidad de acogida, una palabra tan necesaria hoy.
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