"Ventana abierta"
PASCUA DEL ENFERMO 2022 – ACOMPAÑAR EN EL SUFRIMIENTO
PARROQUIA DE VILLALEGRE / LA LUZ
La Iglesia en España celebra este domingo 22 de mayo la Pascua del Enfermo
(Conferencia Episcopal Española) Así concluye la Campaña que inició el pasado
11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, con la celebración de
la Jornada Mundial del Enfermo.
«Acompañar en el sufrimiento» es el lema que el departamento de
Pastoral de la Salud ha propuesto para esta Campaña que tiene como fin
sensibilizar sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los
cuidan.
¿Cuál
es el mensaje de los obispos?
En sintonía con el lema, «Acompañar en el sufrimiento», los
obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social
recuerdan que los Evangelios nos narran los continuos encuentros de Jesús con
las personas enfermas para acompañar su dolor, darle sentido, curarlo. Por eso,
afirman, “como discípulos suyos, estamos llamados a hacer lo mismo”.
En este sentido, destacan que la experiencia vivida durante estos
dos últimos años con la pandemia de la Covid-19, ha mostrado nuestra
vulnerabilidad y, sobre todo, «nos ha hecho percibir la necesidad de acompañar
a los que sufren cualquier tipo de enfermedad, ya sea de las más habituales, ya
de otras menos que provocan un sufrimiento grande como las enfermedades
mentales, las neurodegenerativas (ELA, Alzheimer…) o las denominadas
“enfermedades raras”, para las que se destinan menos recursos humanos y materiales”.
Cuando
no es posible curar, siempre es posible cuidar
Los obispos resaltan que el enfermo “es siempre el centro de
nuestra caridad pastoral. No podemos dejar de escuchar al paciente, su
historia, sus angustias y sus miedos. Incluso cuando no es posible curar,
siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible
hacer sentir nuestra cercanía”.
“El mayor dolor –puntualizan- es el sufrimiento moral ante la
falta de esperanza”. Y esa falta de esperanza, matizan “nace con frecuencia en
terrenos donde no se ha sembrado la fe. Como nos recuerda el Papa Francisco, ”
(Evangelii gaudium, 200).
Para concluir, y también recordando las palabras del Santo Padre,
los obispos reafirman la importancia de las instituciones sanitarias católicas
como «un tesoro precioso que hay que custodiar y sostener» pues «su presencia
ha caracterizado la historia de la Iglesia por su cercanía a los enfermos más
pobres y a las situaciones más olvidadas».
Además, reinvindican la importancia de su presencia hoy, «incluso
en los países más desarrollados» porque junto al cuidado del cuerpo, ofrecen
«aquella caridad gracias a la cual el enfermo y sus familiares ocupan un lugar
central». Por eso, «en una época en la que la cultura del descarte está muy
difundida y a la vida no siempre se le reconoce la dignidad de ser acogida y
vivida, estas estructuras, como casas de la misericordia, pueden ser un ejemplo
en la protección y el cuidado de toda existencia, aun de la más frágil, desde
su concepción hasta su término natural”.
En
datos: un 67% más de capellanes para acompañar en la pandemia
«Acompañar en el sufrimiento» es a lo que se dedican los
capellanes y voluntarios de la pastoral de la salud. Una labor que se ha
intensificado durante 2020 como consecuencia de la pandemia. Según los datos de
la última Memoria anual de actividades de la Iglesia Católica, durante este año
hubo un aumento del 67% de los capellanes en hospitales públicos y privados
debido a la pandemia.
Se ofrecieron para la escucha, el acompañamiento, el duelo y para
administrar los sacramentos a los enfermos, a sus familiares, a los
profesionales de la salud y a los trabajadores de hospitales.
Sólo en Madrid, se han dedicado 110 personas a la atención
espiritual en la capellanía de hospitales, el Ifema, y hoteles medicalizados.
Mensaje
del papa Francisco
El papa Francisco, en su mensaje, recuerda con agradecimiento que
en este tiempo se ha avanzado bastante, pero, puntualiza, «todavía queda mucho
camino por recorrer para garantizar a todas las personas enfermas,
principalmente en los lugares y en las situaciones de mayor pobreza y
exclusión, la atención sanitaria que necesitan, así como el acompañamiento
pastoral para que puedan vivir el tiempo de la enfermedad unidos a Cristo
crucificado y resucitado».
Fuente: Conferencia
Episcopal Española
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