"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe.
Gálatas 5: 22
La blanda respuesta quita la ira; mas la
palabra áspera hace subir el furor.
Proverbios 15: 1
¿Susceptible?
La susceptibilidad estropea nuestra relación
con nuestros familiares, compañeros, vecinos. ¡Y somos nosotros las primeras
víctimas! En el creyente, la susceptibilidad es un indicio de que este no vive
lo suficientemente cerca de Jesús, quien era un hombre manso y humilde de
corazón. La mansedumbre, en la Biblia, caracteriza a aquel que no insiste en
sus derechos.
Una sensibilidad exagerada, heridas internas
acumuladas, injusticias… todo esto hace que veamos las cosas bajo un ángulo
deformado, que cualquier cosa nos hiera o sea interpretada como menosprecio,
burla o malevolencia… Es una fuente continua de sufrimiento tanto para el
afectado como para los que lo rodean.
¿Qué ayuda tiene el cristiano para ver y sentir
las cosas de otra manera?
- Pensar en su Salvador: “Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual
no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no
respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la
causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2: 21-23).
- Esforzarse en imitarlo: “Vestíos… de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Colosenses 3: 12-14).
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