"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Claman al Señor en su angustia… cambia la
tempestad… Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto
que deseaban.
Salmo 107: 28-30
¿Quién es este, que aun el viento
y el mar le obedecen?
Marcos 4: 41
Nuestra vida es como un barco
Nuestra vida se parece a una travesía por el mar, a veces es tranquila y a veces peligrosa. La navegación empieza cerca de las costas, en un canal más o menos demarcado. Así el barco dispone de puntos de referencia seguros, salvo cuando hay niebla.
No todos los niños tienen el privilegio de
vivir sus primeros años en un ambiente tierno, rodeados de amor. Pero todos
deben enfrentar las olas de la adolescencia y el mar abierto, desconcertante,
inquietante, cuando el horizonte se confunde con el mar. Entonces la naciente
libertad da una sensación de vértigo. Los vientos y las corrientes traicioneras
pueden hacer naufragar, sin que los percibamos inmediatamente. ¡Cuántas voces y
religiones diversas hay en este mundo! ¿Cómo encontrar el camino en este
universo peligroso?
Los navegantes siempre han tenido un sistema de
referencia fijo, basado en las estrellas. Con los instrumentos adecuados pueden
hacer un control y mantener el rumbo guiados por la brújula. Para dirigir
nuestra vida en la tierra, ¿cuál es la única referencia segura? La Biblia, la
Palabra de Dios: ella es “lámpara” a mis pies “y lumbrera a mi camino” (Salmo
119: 105).
Incluso en la tormenta, lejos de todo punto de referencia, la Biblia es como una radio que mediante un satélite conecta al navegante en dificultad con el mundo de los vivos. Nos dice que Dios “es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). Él siempre está listo para dialogar con cada persona desorientada que lo busca.
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