"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES PEDIR A UN SACERDOTE QUE TE BENDIGA AGUA Y TE LA LLEVES A TU CASA
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
LA CORAZA DEL SEÑOR
Llevo unos días observando que, en la entrada de nuestra
iglesia, las personas se quedan mirando la pila de agua bendita. Algunos
se acercan a ella despacio, miran, hacen algo que no llego a distinguir desde
el coro, y se van. Otros sacan su móvil y le hacen una foto.
Ayer pregunté, a la hermana sacristana, qué había allí
que hacía que las personas reaccionaran así. Ella me explicó que, debido a la
pandemia, se prohibió el agua bendita en la pila. Sin embargo, observaron que,
la personas que entraban, la seguían buscando, y se decepcionaban al ver que no
había. Por ello, pensaron en poner un dispensador con un letrero que ponía agua
bendita.
Ahora, al entrar en la iglesia, primero encuentras el
gel hidroalcohólico y, después, el agua bendita.
Realmente, me ha ayudado ver como, las hermanas
sacristanas, han pensado la manera de dar solución a algo que, para nosotros,
tiene tanto sentido: entrar en la iglesia, coger agua bendita y hacer la señal
de la cruz.
¿Sabes por qué lo hacemos? En la Iglesia todo tiene un
sentido, ¿cuál es el sentido de este gesto?. La Iglesia, por medio de un
sacerdote, ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo. Ese gesto
de santiguarse con esta agua, nos trae gracias divinas por la oración de la
Iglesia, nos purifica el alma y aleja al mal de nosotros.
Aunque nosotros “con los ojos del cuerpo”, no podamos
ver la cruz que forma el agua bendita en nuestro cuerpo al santiguarnos, el mal
sí que lo ve. Esta Cruz es de fuego, es una coraza que no puede traspasar el
mal.
Santiguarse con agua bendita al entrar en una iglesia no
es un mero símbolo. Es un símbolo, pero esa agua tiene una fuerza especial, un
poder que Cristo ganó con Sus sufrimientos en la cruz.
Aquí, en el monasterio, a la entrada de la capilla,
iglesia, locutorios y en cada celda de las hermanas, hay una pila de agua
bendita. Y por las noches una hermana bendice todas las celdas del monasterio.
Hoy el reto del amor es pedir a un sacerdote que te bendiga agua y te la lleves a tu casa. Colócala en la entrada para que cada vez que entres y salgas lo utilices.
VIVE DE CRISTO
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