"Ventana abierta"
La Buena Semilla
¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
Lucas 8: 25
Y será aquel varón como escondedero contra el
viento, y como refugio contra el turbión.
Isaías 32: 2
El viento (2)
En la Biblia a menudo el viento nos habla de
las circunstancias difíciles, de las tempestades de la vida. Pero si el viento
no soplase en la tierra, ninguna vida subsistiría. El viento contribuye a la
variación de los climas; permite la evaporación del agua de los océanos, abre
un camino a la lluvia que riega la tierra, reparte las semillas…
Lo mismo sucede en nuestra vida. Los
contratiempos y las luchas de la vida enseñan al creyente a contar con su
Salvador. ¿Quién no ha experimentado el socorro divino cuando el huracán
parecía desencadenarse sobre su cabeza? “¡Señor, sálvanos, que perecemos!”,
clamaron los discípulos de Jesús (Mateo 8: 25). Y muy a menudo el Señor
nos responde con estas palabras: “No temas” (Lucas 5: 10).¡Qué
consuelo hallamos en esta expresión cuando sabemos que está acompañada de
recursos, de promesas y del amor de Cristo, el Hijo de Dios! En los siguientes
pasajes de la Biblia Jesús fortalece la fe mediante esta expresión:
“No temas”: cuando, como el discípulo
Pedro, reconoces que eres pecador en el momento en que Jesús te llama a
seguirle (Lucas 5: 10).
“No temas”: en presencia de la duda, de
circunstancias imprevistas que te afectan personalmente (Lucas 1: 13, 30).
No temas: cuando un mundo enemigo te
ataca (Mateo 10: 28), te provoca.
“No temas”: cuando la muerte se presenta (Marcos 5: 36), Cristo es la resurrección y la vida (Juan 11: 25). “Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás” (Salmo 50: 15).
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