"Ventana abierta"
Comparte con tus hijos este
cuento con valores sobre la tristeza y la alegría
Marisa Alonso Santamaría Poetisa
La botella de la felicidad
En ese
establecimiento se vendían al peso alegría y felicidad.
Un día, llevado por
los rumores, llegó a la tienda un hombre muy triste. Iba encorvado y arrastrando los
pies. Se plantó delante del tendero y preguntó con voz lánguida:
- ¿Venden aquí alegría?
- ¡Claro! - le dijo corriendo
a la trastienda.
El tendero volvió
enseguida y dejó encima del mostrador una botella transparente, aparentemente
vacía. La envolvió cuidadosamente y la introdujo en una bolsa.
- Aquí tiene - le dijo,
ofreciéndole la compra con una gran sonrisa.
El hombre lo miró extrañado,
pero viendo al tendero tan seguro, le pagó y salió de la tienda con la
sensación de haber sido estafado.
Cuando llegó a casa abrió el
envoltorio y encontró un papel en el que decía: Cuando lo embargue la
tristeza, siga las instrucciones:
1. Quitar el tapón y
aspirar profundamente el aire de la botella.
2. Taponar inmediatamente la
botella.
'Se recomienda no hacer más de
una aspiración al día. Puede ocasionar empacho de felicidad'.
El hombre triste
siguió cuidadosamente las instrucciones, y decidió en ese mismo instante probar
sus efectos.
Destapó la botella y aspiró
con fuerza.
- Fiuuuuuuuuuuuu.
Rápidamente, siguiendo las
instrucciones, volvió a taponar la botella.
A los pocos minutos empezó a sentirse muy contento.
Canturreaba y bailaba dando vueltas por toda la casa. Salió a la calle y,
sonriendo a todos, vio que todo el mundo le devolvía la sonrisa. A la hora de
regresar el efecto milagroso se iba pasando y, poco a poco, se volvió a poner
triste. Se acostó pensando que hacía años que no se había sentido tan feliz.
Al día siguiente, nada más
despertar, destapó la botella y aspiró con mucha fuerza tapándola
inmediatamente.
- Fiuuuuuuuuuuuu.
Al momento, le entró apetito y se preparó un
zumo de naranja, unas tostadas con aceite y jamón y unas ciruelas, que le
supieron a gloria. Se puso de muy buen humor.
Salió a la calle y, lo mismo
que el día anterior, empezó a cantar y bailar demostrando a
todos su alegría. No fue hasta el anochecer cuando notó que de nuevo la tristeza se apoderaba de su ánimo. A
pesar de saber que no debía hacerlo, fue a buscar la botella, la destapó y
aspiró con todas sus fuerzas tres veces seguidas.
- Fiuuuuuuuuuuuu,
fiuuuuuuuuuuuu, fiuuuuuuuuuuuu.
Al momento, comenzó a reír cómo un loco. No paró de
bailar, cantar y reír en toda la noche, hasta que estuvo tan cansado que cayó
embriagado.
No despertó hasta el atardecer
del día siguiente. Efectivamente, había tenido un empacho de felicidad tan grande que
estaba exhausto. No aspiró el aire milagroso esa tarde.
A la mañana siguiente no se
despertó tan triste como en otras ocasiones, era como si el efecto del aire se
mantuviera. Decidió no aspirar de la botella hasta casi mediodía.
- Fiuuuuuuuuuuuu.
Ahora, solo una vez. Y de
nuevo se puso muy alegre contagiando a todo el que veía.
Así estuvo un tiempo. Notó que
cada vez tenía menos necesidad de aspirar el aire de la botella, porque sin
apenas darse cuenta fue olvidando su tristeza. Tanto, que un día se olvidó de ella por completo.
Algunas preguntas de comprensión lectora para tu hijo
Puedes comprobar si
tu hijo permaneció atento al cuento.
Utiliza para ello estas sencillas preguntas de comprensión
lectora:
1. ¿Qué pidió el hombre triste
en la tienda de la felicidad?
2. ¿Qué advertencia le hizo el
vendedor de la tienda?
3. ¿Le sirvió al hombre la
botella de la felicidad?
4. ¿Qué le pasó
cuando tomó demasiado aire de la alegría?
5. ¿Cómo consiguió el hombre
vencer la tristeza?
Este cuento también se puede
aprovechar para hacer reflexionar a los niños sobre las emociones de las que
habla: la felicidad, alegría y tristeza. Para conocer el punto de vista de los
pequeños sobre este tema, hay que dejarles hablar y escucharles. Sin embargo,
está bien dirigir la conversación con algunas preguntas que te ayudarán a saber
la opinión de tus hijos. Las siguientes cuestiones te podrían ayudar:
- ¿Qué es para ti la
felicidad? ¿Y la tristeza?
- ¿Te acuerdas de algún
momento de tu vida en el que hayas sido especialmente feliz? ¿Y triste?
- ¿Qué haces tú cuando estás
triste?
- ¿Cómo podrías ayudar a tus
amigos, padres o hermanos para que estén más felices?
Un juego para traer la felicidad a la familia
A veces, con las
prisas y las preocupaciones del día a día no nos da tiempo a detenernos en una
de las cosas más importantes: ser felices. Por eso, en Guiainfantil.com te
proponemos un juego muy sencillo que
podéis poner en práctica todos juntos, en familia. Podríamos llamar a esta
actividad algo así como 'La caja de los buenos mensajes'.
Para organizarlo necesitas conseguir una pequeña caja.
Puede serviros, por ejemplo, una caja de pañuelos de tocador que ya esté vacía.
Para involucrar desde el principio a toda la familia en este juego, podéis
decorarla todos juntos usando pinturas, purpurina, pegatinas... ¡dejad volar la
imaginación!
Una vez que la tengáis lista,
podéis empezar a poner en práctica este juego. Todas las noches, antes de
acostaros, cada uno tiene que escribir
un pequeño mensaje dedicado a algún otro miembro de la familia, cada día a
uno distinto. En este mensaje, por ejemplo, le podemos dar las
gracias por algo que ha hecho por nosotros durante ese día, podemos decirle lo
mucho que nos ha gustado jugar juntos a los coches, podemos explicarle algo que
os guste mucho de él, simplemente decirle 'te quiero'... Se trata de enviar un
mensaje positivo y bonito (pero sincero) a uno de los familiares.
Pasado un tiempo, un par de
semanas o meses (dependiendo de la frecuencia con la que escribáis los
mensajes) tenéis que sacar todos los papelitos de la caja y los tenéis que leer en voz alta. Cada
uno leerá los mensajes que le han dedicado y dará las gracias por las palabras bonitas.
Este juego tan sencillo puede
ser muy beneficioso para todos, tanto para los niños como para los adultos.
Entre otras cosas, con esta actividad diaria conseguimos:
- Mejorar la autoestima de los niños, pero también de los
adultos de la familia. Nunca viene mal que nos digan algo bonito.
- El hecho de que alguien nos
dedique un mensaje nos hace sentir especiales. Esto ayuda a los
niños a sentirse parte del grupo y reconocer
su lugar dentro de la familia.
- Mejora el vínculo y la comunicación entre
los miembros de la familia.
- Nos ayuda a construir un
recuerdo bonito que no olvidaremos nunca.
- Y sobre todo... ¡nos hace
muy felices!
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felicidad. Cuento sobre la alegría para niños, en la categoría de Cuentos infantiles en Guiainfantil.com.
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