"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
JESÚS EXPULSA A DOS DEMONIOS
28 Al llegar a la otra orilla, a la región
de los gerasenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los
sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino.
29 Y se pusieron a gritar:
« ¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para
atormentarnos antes de tiempo? »
30 Había allí a cierta
distancia una gran piara de puercos paciendo.
31 Y le suplicaban los
demonios: « Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos. »
32 El les dijo: « Id. »
Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al
mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
33 Los porqueros huyeron, y
al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados.
34 Y he aquí que toda la
ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase
de su término. (Mt. 8, 28-34)
Jesús, con sus discípulos, después de haber calmado la
tormenta del lago Tiberiades, desembarca en la otra orilla de Cafarnaúm. El este
del lago estaba poblado por gentiles, es decir, por paganos que no son judíos
temerosos de Dios y, por tanto, seguían a otros dioses… Así se entiende que en
Gerasa los habitantes criaran cerdos, animales impuros, prohibidos en la Ley
Mosaica… Pero Jesús tiene también para estos pobres hombres gracia de salvación
y curación de sus idolatrías…
Dice el texto evangélico que: “Jesús llegó a la región
de los gerasenos y de los sepulcros salieron a su encuentro dos endemoniados
muy furiosos, que atemorizaban a toda la región”. Estos dos pobres hombres
estaban poseídos por los demonios, de forma que son éstos mismos los que hablan
con Jesús al verle acercarse a ellos… La posesión diabólica hace que el hombre
pierda su libertad y hasta su voz para expresarse…
Los demonios gritan a Jesús porque saben que es un
Elegido de Dios, que los domina y va a arrancarles el alma de los poseídos. Y
le piden como “un mal menor”, porque los demonios no saben sino hacer el mal,
“que les dejen entrar en los cerdos… y Jesús se lo permitió:,“¡Id!”, dijo, y
salieron metiéndose en la piara que se abalanzó al acantilado abajo y se
ahogaron en el agua”…
¡Los porquerizos estaban espantados por todos estos
hechos!... ¡Y no sentían más que la pérdida del fruto de su trabajo!: ellos
estaban como estas bestias mirando sólo a la tierra “y ni sabían” de qué color
era el cielo… Las cosas referentes a Dios y a su salvación o las desconocían o
no les interesaban… ¡Así, el milagro de la expulsión de los demonios y la
salvación de los cuerpos y de las almas de estos esclavos de Satanás, les
dejaban indiferentes!… Por esto, “se acercaron en masa todos los del pueblo a
Jesús y le pidieron que se marchará de su comarca”…
¡Se comprende la tristeza que esta petición produjo en
el ánimo de Jesús, pues los hombres a quienes se les ofrecía la salvación del
hombre entero, prefieren sus cerdos y los bienes de esta tierra a la Gracia del
cielo que es la Vida eterna!…
¡Cuántas veces relegamos a Dios de nuestra vida,
prefiriendo nuestros “diosecillos”, de los bienes que nosotros mismos nos hemos
fabricado, tan sólo porque son nuestros y nos satisfacen mucho al ser “obra de
nuestras manos”!… ¡Dios nos ofrece el gozo del hombre entero y no hacemos,
muchas veces, caso!…
¡Delante de la fuerza del Espíritu de Jesús me presento
para, a su Luz, descubrir: ¿Cuáles son mis “cerdos”, en los que pongo todos mis
afanes e intereses?…
¡Y con su fuerza me convertiré a Él, experimentando
inmediatamente su Salvación que colma mi corazón ansioso de llenarse!... ¡Y lo
que sentiré al momento es una honda Acción de Gracias y deseo fuerte de Alabar
a Dios por la alegría que me invade!…
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