VIVIR ESPERANZADOS
Necesitamos vivir esperanzados. Se suele decir: La esperanza es lo último que se pierde. Primero nos debemos interrogar: ¿Qué tengo que hacer aquí y ahora? Esto es muy importante: Saber cómo actuar. Necesitamos vivir esperanzados para que se den encuentros interpersonales; donde se dialogue y se busque un bien común.
En fin, es necesario salir de la individualidad para no caer en la intolerancia. Ser constructores para no caer en la destructiva rutina y miremos al futuro esperanzados. Valorando y apreciando nuestra tarea cotidiana.
Siempre que leas o escuches los medios de comunicación, elige las palabras y los proyectos que sirvan para construir una mejor convivencia. El respeto nos tiene que llevar a reconocer los derechos-deberes y la dignidad de los demás.
Ojalá tengamos siempre la mano abierta-extendida. Así comunicaremos: Empatía, solidaridad, fraternidad… Entonces y sólo entonces, la comunicación nace del corazón. Extendamos la mano a toda persona enferma y sola.
Extendamos nuestra mano para que vivan las ilusiones y proyectos. Prestemos la mano para ayudar a levantarse a todo aquel que se ha caído. Acerca tu mano al enfermo postrado en cama y que no tiene a nadie que lo visite
Nuestra vida tiene que estar llena de pequeños gestos de esperanza. Todo detalle tiene su importancia.
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