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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 29 de agosto de 2018

Rincón para orar. LA PESCA MILAGROSA. 29 - Agosto - 2018

"Ventana abierta"


Rincón para orar


Sor Matilde


LA PESCA MILAGROSA

1 Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios,
2 cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.
3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: « Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. »
5 Simón le respondió: « Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes. »
6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse.
7 Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
8 Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: « Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador. »
9 Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.
10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: « No temas. Desde ahora serás pescador de hombres. »
11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron. (Lc. 5, 1-11)
Cuando en el Evangelio se lee: “todos se apretujaban alrededor de Jesús para oírle”; esto no es un eufemismo, sino una realidad. Todos se acercaban a Jesús a base de empujones y codazos, a golpes. Este es el lenguaje primario cuando un hombre quiere cumplir su deseo de conseguir, tener cerca y oír a alguien. Y Jesús no es una excepción, aunque su Palabra fuera la Palabra de Dios.
Viendo esto Jesús, con compasión, pero con firmeza, subió a la barca de Pedro y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Allí, sentado, siguió enseñando a la gente. Cuando acabó, por el momento, de hablarles, le pidió a Simón remar mar adentro. Ahora es a los discípulos a los que Jesús quiere enseñarles algo:
Se da la circunstancia de que estos hombres habían estado bregando toda la noche y no habían cogido ni un pez. Pedro se lo advierte a Jesús, pero esta orden de echar las redes mar adentro puede a sus razones y obedece con docilidad. No entiende, pero hace lo que le dice Jesús, sin discutir.
Y al poco, cogieron tal redada de peces que las redes se rompían y tuvieron que pedir ayuda a los socios de la otra barca… Al ver esto Pedro se sobrecogió con el milagro, ante lo divino de Jesús, y se arrodilló ante Él confesando que no era más que un pecador, que no merecía la compañía de Jesús. Y los otros apóstoles también estaban asustados y llenos de temor de Dios. Todos experimentaban que en Jesús era Dios mismo el que estaba y actuaba… Y este gesto de humildad ante lo divino, le hizo a Jesús regalar a Pedro y a los demás el don de ser “pescadores de hombres”, es decir: con su palabra y sobre todo con su vida, atraer a todos los hombres al Amor de Dios. Serán los continuadores de Jesús, los que darán su vida por cada una de las “ovejuelas” del Señor que, a veces sin saberlo, sólo le buscan a Él y el Don de Dios, el agua viva que salta, por el deseo, hasta la vida eterna...
¡Jesús, danos la unción de tu Espíritu, el aceite de la esperanza para este mundo que no desea sino a Ti y muchas veces busca en sus ídolos el tesoro que sólo eres Tú y tu Palabra viva!

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