"Ventana abierta"
HOY EL
RETO DEL AMOR ES SER HORMIGA
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
HORMIGAS
Desde hace unas semanas han comenzado a
aparecer gran cantidad de hormigueros en la huerta. De repente, todo se ha
llenado de hormigas: hay hormigas en el jardín, hormigas en los caminos,
hormigas en la galería, hormigas... ¡están por todas partes!
Llevo bastantes días observándolas, porque
hay algo en ellas misterioso. Y es que, con lo pequeñas que son, qué poco miedo
nos tienen. Nosotros para ellas tenemos que ser más que gigantes, pues solo
alcanzan a ver de nosotros la suela del zapato, y, sin embargo, no nos tienen
ningún miedo. Nos tienen más miedo los ratones, o cualquier otra alimaña, pero
a las hormigas fácilmente se las ve en fila, cerca de nosotros, y, si nos
descuidamos, hasta por encima de nosotros.
Tanta curiosidad me daba, que me puse a
investigar un poco sobre ellas, y el Señor me indicó dónde está el quid de la
cuestión. Cada una de las hormigas tiene una misión, un servicio que hacer a la
comunidad. Y cada una de ellas tiene claro cuál es el suyo: unas se encargan de
explorar en busca de alimentos y de avisar a las demás, otras se encargan de
recolectar, otras se encargan de cuidar las larvas de la reina...
¡Tener clara cuál es su misión es lo que
les hace no detenerse ante las adversidades! Si sopla el viento, allá las ves
en su camino, con el doble de esfuerzo por sostener su cuerpecito sin salir
volando, pero siguen adelante felices; si las lluvias taponan la salida de los
hormigueros, en cuanto cesa, vuelven a abrir nuevos orificios por donde
continuar su labor; si ponemos un pie en medio de su hilera, lo rodean con toda
tranquilidad sin mostrar apenas inquietud...
Al mirar estas pequeñas criaturas, me
encontré detrás con una enseñanza de amor. Ellas trabajan para las demás; si
tuvieran libertad, se diría que trabajan por amor. No mira cada una por sí
misma, sino que todas miran por el bien común y así consiguen construir juntas
todo un “mundo” subterráneo que nos asombraría.
Siento cada vez más fuerte que, en el
fondo, todos estamos llamados a vivir así, desde el amor: nosotras en medio de
una Comunidad, con cada hermana, con todo el que se acerca; un matrimonio, en
casa con los hijos, en la oficina; un médico, con sus pacientes...
Todos queremos vivir en plenitud, pero
pronto nos sucede que nos topamos con nuestra propia debilidad, y es que cuando
solo miramos nuestra debilidad, esta nos impide ver a los demás.
Y es que sólo Cristo es quien nos puede
dar la capacidad de vivir desde el amor. Él fue el único que tenía clara su
Misión, la llevó a cabo hasta el final sin rendirse, aunque ello le costase la
vida, muriendo en una cruz, pero para después resucitar. Sólo Él podía hacerlo.
Y esta es la buena noticia: que, viendo nuestra impotencia, se hizo Hombre y
realizó todo esto por nosotros, porque su Misión era abrazar nuestra debilidad,
amarnos así, pobres, para capacitarnos para el amor.
Cuando experimentas este amor en tu
pequeñez, te desborda, y le encuentras gusto a amar a los demás. De pronto te
descubres siendo feliz trabajando para los demás, porque lo que te mueve es el
Amor.
Hoy el reto del amor es ser hormiga. Para
cinco minutos delante de un Sagrario, experimenta cómo te ama Jesús, y pídele
que te indique cómo vivir hoy desde el amor.
VIVE DE CRISTO
https://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
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