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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 8 de noviembre de 2020

REFLEXIÓN PARA EL TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL T.O. (A) 8 - NOVIEMBRE - 2020

"Ventana abierta"

De la mano de María

Héctor L. Márquez (Conferencista católico)

REFLEXIÓN PARA EL TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL T.O. (A)  

La primera lectura que nos propone la liturgia para este trigésimo segundo domingo de tiempo durante el año, tomada del libro de la Sabiduría (6,12-16), nos presenta uno de los dos grandes temas que aborda: la sabiduría hipostasiada, es decir, como algo, o más bien, “alguien” real que todos debemos buscar para que nos enseñe cómo ordenar nuestras vidas. “La ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean”.

El Evangelio, por su parte, nos presenta la parábola de las doncellas necias y las doncellas sensatas (Mt 25,1-13), que nos invita a estar preparados, vigilantes. Esta parábola nos presenta la espera por el “esposo” que tardaba en llegar: “Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas (sabias). Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sabias se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sabias: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero estas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora”.

Al igual que en la parábola de los talentos que sigue a esta (Mt 25,14-30), las doncellas necias no hicieron nada “malo”. Pero tampoco hicieron nada para estar preparadas para recibir al Esposo cuando llegara. No hacer nada es también una manera de hacer el mal; es el equivalente del gran pecado de nuestros tiempos: el pecado de omisión.

Está claro; Jesús es el “Esposo” en quien se hace presente el Reino de Dios, representado en el banquete de bodas. Cristo nos invita a ese banquete, a tomar una decisión ante Él y a vivir de tal manera que estemos preparados para ir a su encuentro en cualquier momento, no vaya a ser que, por no tener nuestra alcuza llena de aceite, cuando finalmente llegue y acudamos a su encuentro ya la puerta se haya cerrado, y cuando toquemos nos diga: “No te conozco”.

La invitación está cursada y la mesa del banquete está dispuesta. La pregunta obligada es: Cuando llegue el Esposo (puede ser esta noche), ¿estaré preparado para salir a su encuentro y entrar al banquete?

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