"Ventana abierta"
Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
FIESTA DE CRISTO REY
CICLO
A
-
EL PASTOR, REY Y JUEZ -
Ez. 34, 11-12.15-17
11
Porque así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y
velaré por él.
12
Como un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovejas
dispersas, así velaré yo por mis ovejas. Las recobraré de todos los lugares
donde se habían dispersado en día de nubes y brumas.
15
Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar, oráculo del Señor
Yahveh.
16
Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida,
confortaré a la enferma; pero a la que está gorda y robusta la exterminaré: las
pastorearé con justicia.
17
En cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo voy
a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.
- La imagen del Rey-pastor es
muy antigua en el patrimonio literario de Oriente. Jeremías la aplicó a los
reyes de Israel para censurarles por haber cumplido mal sus funciones (Jer. 2,
8; 10, 21; 23, 1-3) y para anunciar que Dios daría a su pueblo nuevos pastores
que le apacentarán en la justicia y entre esos pastores un “germen” (J.. 23, 5-6), el Mesías. Ezequiel
recoge el tema de J.. 23, 1-6 que más tarde volverá a utilizar (Za. 11, 4-17;
13, 7).
- Aquí se trata del anuncio de una teocracia (v.
11-16) de hecho a la vuelta del Destierro no será restablecida la realeza. Sólo
más tarde dará Jahvé a su pueblo (17, 22) (21, 32) un pastor de su elección (v.
23-24) un príncipe nuevo, David. La descripción del reinado de este
príncipe y el nombre de David que se le da, sugiere una era mesiánica
en la que el mismo Dios reinará por su Mesías, sobre su pueblo, en justicia y paz.
En este texto está el esbozo de la “oveja perdida”. (Mt. 18, 12-14) (Lc. 15, 4-7) y sobre todo, de la
alegoría del buen Pastor (Jn. 10, 11-18).
(v. 11-12) - El profeta ve en los
judíos llevados a Babilonia o fugitivos de Egipto, a “las ovejas dispersas”. Los que no han sido dispersados representan a los
débiles que se han convertido en presa de nuevos dueños (34, 5). Anuncia
Ezequiel que Dios va a venir a reunir tanto a los unos como a los otros (16).
Al término del exilio, se hará la reunión, como una manifestación de los
designios universalistas de Dios. Un día los profetas vislumbraron una asamblea
que unificará a todas las naciones (Is. 60), mientras tanto el texto de
Ezequiel anuncia la reunión de manera muy personal: Yo buscaré..., Yo
haré volver (16). La reunión es el fruto de una llamada individual y
de un contacto personal del fiel con Dios, “Me preocuparé, velaré”
(v. 11), “las
recogeré” (v.
12); “apacentaré”, “las haré sestear” (v. 15), “buscaré”, “haré volver”, “vendaré”, “fortificaré”, “guardaré” (v. 16). Todos verbos de la preocupación del Buen
Pastor, del Guardián de Israel, del Médico divino, del Dios Fuerte, etc. del
Señor y Rey Soberano de todo.
I Cor. 15, 20-26a.28
20
¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que
durmieron.
21
Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la
resurrección de los muertos.
22
Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en
Cristo.
23
Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su
Venida.
24
Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido
todo Principado, Dominación y Potestad.
25
Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies.
26
El último enemigo en ser destruido será la Muerte.
28
Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá
a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo.
(v. 20) -
Con este “pero
no” liberador y
triunfal, pasa Pablo de la prolongada argumentación negativa (“si no”) a la positiva de la certeza de la redención. A la luz
de la resurrección ilumina toda la historia del mundo y de la
salvación. Cristo es y sigue siendo el Resucitado. “Primicias” procede del lenguaje cúltico del Antiguo Testamento
y se refiere a las primeras gavillas o frutos de la cosecha, que eran consagrados
y presentados a Dios como reconocimiento de su supremacía, de la que se recibe
toda bendición. Con esta ceremonia se abría la recolección y podía considerarse
como santificado todo cuanto se recolectaba (Rom. 11, 16). Así pues la
resurrección de Cristo atrae hacia sí la de todos los hombres, es un “comienzo”.
(v. 21-22) - Y hace la comparación con
la conexión de la humanidad adánica (Nm. 5, 12-21). Ve S. Pablo aquí un
paralelo universal puesto por la libre voluntad de Dios entre la
situación de condena introducida por Adán y la situación salvífica que se apoya
en Cristo (la primera sólo se conoce desde el contexto de la salvación). ¿Se puede decir, a partir de que “todos los hijos de Adán
mueren” de
igual manera que participarán de Cristo?. Su atención se centra sólo en los
creyentes de Corinto. Pero la idea de una redención universal está dentro del
pensamiento de S. Pablo (11, 32). En este planteamiento se abre una esperanza
que incluye a “todos”, aunque algunos se puedan perder. En el (v. 21), no hay
ningún verbo, en el (v. 22) hay varios “todos mueren” en presente y “todos serán vueltos a la vida” en futuro. Los herejes de Corinto decían de la
resurrección como algo espiritual, existencial y ya ocurrido. S. Pablo acentúa
frente a ellos que lo decisivo está aún por venir.
(v. 23) -
Aquí se da un “orden” cronológico y
categorial y en ambos Cristo es el
primero. En el segundo todos los de Cristo por la fe y el bautismo y después “todos”, es decir, “el fin” = TELOS.
(v. 24) -
Aquí el contenido es más amplio, no solo el final de la historia,
sino su finalidad (Dan cap. 2 y 7): los santos desplazarán a los reinos de la
tierra, principados, potestades: no sólo son éstos los poderes demoníacos (2,
8) sino también esas fuerzas indefinibles pero eficaces que obstaculizan la
voluntad humana.
(v. 25) -
Seis veces encontramos la idea de sometimiento de los enemigos (v.
25-28). “El
tiene que reinar”,
se desarrolla en estos versículos la teología del reinado de Cristo y
una especie de teología de la historia. El tiempo tiene una meta,
hay un avance en el tiempo. Principio: resurrección de Cristo y fin: victoria
sobre la muerte, están claramente expresados. Lo intermedio se expresa con “hasta que” se alude a los salmos mesiánicos (Sal. 8, 7; 109,
1).
(v. 28) - Hay intercambio en el sometimiento. Según los salmos, Dios somete todas las cosas al Hijo del Hombre, pero para S. Pablo esto no es el estado definitivo, ve más lejos que en los salmos que aprecian un reino terrenal. El dominio del Hijo no cesará nunca como nunca dejará de ser Hijo. Se expresa así: Todo el universo verá que lo único que ha interesado a Jesús es la gloria del Padre, de Dios. Sus cercanos, los que han vivido de su Espíritu lo experimentarán vivamente, lo que les unía a Jesús, desemboca finalmente en Dios. Todos participarán de Dios, pero habrá grados: “para que Dios lo sea todo en todos”. El hombre es definido como una “capacidad de Dios” (Ef. 3, 19) (Col. 1, 19) (Rm. 8, 29) (Rm. 8, 17) (Jn. 1, 16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario