"Ventana abierta"
Los colores del adviento…
Empezamos el tiempo
de Adviento, como dice San Bernardo, el tiempo de espera y de preparación para
la venida de Jesús a nuestro corazón.
La corona de Adviento es el primer signo del anuncio de la Navidad. Es un
símbolo que tiene sus raíces en las costumbres pre-cristianas del Norte de
Europa. Durante el frío y la oscuridad del invierno, se elaboraban coronas con
ramas verdes y se encendían velas esperando la primavera con el esplendor de su
luz.
Para los cristianos, nuestra primavera es Jesucristo. Con Él todo adquiere
un nuevo sentido. Jesús es la Luz que vino, que sigue con nosotros y que vendrá
al final de los tiempos.
La corona está compuesta de 4 velas que representan las cuatro semanas de
Adviento.
El primer domingo de Adviento encenderemos la de color morado, que nos
invita a despertar y a estar vigilantes.
El segundo domingo encenderemos también la de color verde, que significa
la esperanza de su venida y nos invita a ponernos en camino.
El tercer domingo, también llamado “gaudete” añadiremos la rosa, que
significa alegría, ¡regocíjate, alégrate!, el Señor está cerca.
Y el cuarto domingo encenderemos también la vela blanca, que significa
plenitud y nos invita a disponer nuestro corazón a la acogida de Jesús, que ya
está a las puertas.
Se utiliza una corona circular, porque el círculo no tiene principio ni fin, y representa el amor entrañable de Dios, que nos ama con un amor eterno, sin fin. Y estas oraciones nos acompañarán al encender cada Domingo su luz correspondiente.
Primer Domingo
No
podemos dormirnos ante las dificultades, los temores, la comodidad… Despierta,
Señor, nuestros corazones del sueño de la oscuridad, encamínanos por la senda
de la sencillez, el desprendimiento y el don de sí.
Con
María, mujer de corazón despierto a la novedad del Espíritu, te esperamos,
Señor de la historia.
Segundo
Domingo
Nos
ponemos en camino para esperar el gran día en que brille la luz infinita. Que
en nuestros corazones anidemos tu Palabra Viva y tu Eucarístia, para que siendo
Tú nuestro guía, en las personas concretas te amemos.
Con María, contagiados de esperanza, te esperamos, Señor de la Buena Noticia.
Tercer
Domingo
¡Ya
está muy cerca! Se nos acerca esa hermosa mañana en que Dios toma condición
humana para salvar a la humanidad perdida. Que nuestro corazón se haga acogida
y que tu Iglesia se haga ciudadana de esa comunidad nueva y hermana, en que la
sociedad es convertida.
Con
María, la madre acogedora, te buscamos Palabra salvadora.
Cuarto
Domingo
El
corazón sabe que ya está a las puertas el nacimiento. Ya saboreamos el momento
en que la espera del Hijo se acabe. Que nuestro corazón alabe con acogida este
extraordinario acontecimiento: Dios mismo que se hace persona, forma parte de
la humanidad.
Con
María, la agradecida, te esperamos, Señor de nuestra historia.
¡¡¡ MARANATHA !!!
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