"Ventana abierta"
Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
DOMINGO II CUARESMA
CICLO
A
-
ABRAHAM Y LA TRANSFIGURACIÓN -
Gn. 12, 1-4ª
1
Yahveh dijo a Abram: « Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu
padre, a la tierra que yo te mostraré.
2
De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú
una bendición.
3
Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se
bendecirán todos los linajes de la tierra. »
4
Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó Lot.
(v. 1)
- La vocación de Abram, es un relato (J) Jahvista, en
ella Dios interpela a un hombre en medio de la multitud de naciones, le toma
libremente para sí y para su plan salvífico. El narrador no ha dado explicación
preparatorio de por qué recayó la elección sobre Sem y no sobre Cam o Jafet, ni
por qué dentro de la descendencia de Sem, sobre Abram.
- Jahvé es el sujeto de la primera palabra
que desencadena una acción y no sólo en esta frase sino a lo largo de toda la
historia de la salvación. El discurso de Jahvé comienza exigiendo una ruptura total
de todas las raíces naturales. Primero el País, segundo la
parentela en sentido amplio y tercero la familia en
sentido estricto. Estos tres conceptos indican que Dios sabe muy bien cuán
difíciles son estas separaciones. Abraham ha de dejarlo todo y confiarse a la
guía de Dios. La meta de la migración es un “país” del que Abraham no sabe más que “Dios se lo enseñará”. En este llamamiento y en este caminar, Israel no solo
vió un hecho remoto sino una característica fundamental de todo su vivir ante
Dios. Israel: segregado de la comunión de naciones, jamás asentado del todo en
Canaán, sino allí también extranjero. Su camino era especialísimo y el plan y
meta estaban por entero en manos de Jahvé.
(v. 2-3) - Aquí
propiamente se inaugura la promesa hecha a Abraham. La palabra básica, repetida
cinco veces es “bendición”. Esta concierne primero a Abraham y después a aquellos
que desde fuera tomarán postura en pro de la misma. El contenido de la
bendición de Jahvé en el Antiguo Testamento es preponderantemente un acrecentamiento
material de la vida y también el hacerse fecundo. Una
parte fundamental de la promesa a los patriarcas es el anuncio de una
descendencia numerosa. “Haré grande tu nombre y serás bendición”. Jahvé dará a los hombres aquello que querían conquistar
por sus propias fuerzas (Babel). “AEl que te maldiga... Los que te bendigan”. La idea de juicio está tapada por las bendiciones que
serán de parte de Jahvé fuente universal de salvación y Abraham será el
mediador para “todas
las familias de la tierra” (2, 2-4). Los testigos del Nuevo Testamento a esta
promesa le dieron gran importancia (Act. 3, 25s) (Rm. 4, 13) (Gal. 3, 8.16).
(v. 4a) -
Abraham obedece sin rechistar: “se puso en camino” permanece mudo, incondicional obediencia. Es modelo
para nosotros pues para los antiguos abandonar su patria y romper todos los
vínculos hereditarios era algo poco menos que irrealizable. La consecuencia
para Abraham fue un “cambio en la fe” por el mandato divino.
II Tim. 1, 8b-10
8b
Soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de
Dios,
9
que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras
obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda
la eternidad en Cristo Jesús,
10
y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo
Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por
medio del Evangelio.
(v. 8b-9) - Desde Abraham,
Dios nos está llamando con su Santa llamada por medio de su Evangelio, la Buena
Noticia. Y esta llamada tanto se refiere a la llamada de
los cristianos a la salvación, como la llamada a la vocación especial y radical
en el seguimiento de Cristo (Rm. 8, 28s). Esta fuerza de Dios nos hace soportar
con generosidad todos los sufrimientos de la vida en bien de nuestra salvación
y de la de todos los elegidos.
Antes del Tiempo
1)
Desde antes del tiempo Dios nos conoció, con amor: gratuidad.
En la Historia
2)
En el tiempo, en la historia, nos hizo conformes a la imagen de su Hijo:
nos preeligió.
3)
En la misma historia nos llamó con una vocación radical
de seguimiento.
4)
En la historia también, por su gracia nos justifica: santifica
En la Eternidad
5)
En la eternidad, nos glorifica: beatitud
(v. 10) -
La manifestación de nuestro Salvador es aquí la Encarnación y
la Redención (I Tm. 6, 14 aquí es la venida al Fin de los tiempos). (Rm. 6, 9;
8, 2) (Hb. 2, 14-15) (I Tim. 2, 7).
- Abraham, fue llamado en vista de Cristo,
para quien debía prepararle el pueblo del cual había de nacer. La llamada del
cristiano es en virtud de la gracia que brota del Misterio Pascual: la Muerte y
Resurrección de Cristo.
- Si Abraham respondió con tanta plenitud a
la llamada de Dios, el cristiano está más obligado y urgido porque Jesús “ha hecho irradiar luz
de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario