"Ventana abierta"
¿Milagros?:
un pueblo experimentó curiosos sucesos en la transmisión de una Misa
Testimonio
Por Editor
de ChurchPop
Un incendio misterioso, una llama con un pequeño bebé, luces que titilan en las casas durante una misa transmitida por radio; ¿un posible milagro en un pequeño pueblo de San Juan, provincia de la Argentina?
El padre Rómulo Cámpora es párroco en el templo de Santo Domingo de Guzmán, una parroquia de Iglesia, un pueblo de 9.000 habitantes ubicado a orillas de la cordillera de los Andes y el límite con Chile.
El acontecimiento que
conmovió a los lugareños sucedió durante la transmisión de la Santa Misa el
domingo por la mañana, pero ya la noche anterior el padre Rómulo descubrió algo
que le llamó poderosamente la atención.
Un incendio inexplicable
Como muchas otras noches, el sacerdote de Iglesia puso una pequeña vela en un altar de la casa parroquial con una imagen del Jesús de la Misericordia, San José y María auxiliadora.
En un momento, según comenta, le extrañó ver humo en el patio, y fue entonces cuando descubrió lo sucedido.
“En la casa parroquial ardió el mantel de una manera muy extraña, como si lo hubieran recortado. El fuego quiso llegar a la imagen de San José y no llegó, quiso llegar a la imagen de la Virgen y no llegó”, comenta el padre Rómulo.
Luego de una pausa continúa: “Y por detrás, hay apoyado un cuadro tamaño natural del Cristo de la Misericordia. Se prendió fuego el marco, se resquebrajó todo el vidrio, pero para sorpresa mía y de quienes estábamos aquí, nos encontramos que la imagen del Jesús de la Misericordia no tenía un rasguño. El sagrario que es de madera quedó intacto.
Podría haber ardido todo porque el mueble es de madera. Debajo tenía yo unos archivos y no pasó nada. Ardió un poco el mueble pero no de una manera significativa”.
Todo esto sucedió la
noche anterior al acontecimiento del domingo.
¿Un milagro? La transmisión de la misa el domingo por la mañana
El domingo por la mañana, el padre Rómulo iba a transmitir la
misa por radio para hacer llegar la celebración eucarística a cada hogar del
pueblo. Aún recordaba el extraño suceso de la noche y lo comentó a la
audiencia. Sin embargo, el posible milagro aún no había concluido.
“Fue ayer [domingo] a los 10 de la mañana celebrando la santa
misa en la radio La Cumbre en sintonía con dos radios más y también en sintonía
con México y con Chile.
Celebraba la misa cuando en el momento de la consagración se
dieron unos fogonazos muy suaves, intensos en todas las casas. En algunas casas
se encendió el aire acondicionado, y no solamente pasó aquí”, cuenta el cura.
Y agrega: “La gente percibió una fuerte presencia de paz en los hogares. Algunos sintieron como una alegría, una euforia, la necesidad de darse un abrazo, de llamar a seres queridos”.
¿Un bebé
en la llama de una vela?
Pero las cosas, para su asombro, no terminaron allí.
“En uno de esos hogares, a unos dos kilómetros de la radio,
en una de las familias, la vela que estaba precediendo el altarcito, cuando la
fueron a apagar, notaron que había algo en la llama. Sacaron la foto y vieron
que había como un pequeño feto.
Entonces ellos se conmovieron mucho, porque también habían sentido esa paz, esa alegría”.
Lo más curioso es que este presunto milagro
estuvo relacionado con la homilía que el sacerdote pronunció en esa
transmisión.
“La misa estuvo dirigida precisamente a pedir a
Dios que proteja a la Argentina, que proteja a nuestra provincia de todo esto
que está pasando. Pero también fue una reflexión sobre defender la vida, al
niño por nacer, defender la vida de todos. Cambiar la mentalidad egoísta que
marca muchas veces los destinos del mundo y nos ha llevado estos últimos
tiempos al degrado del ser humano”.
El sentido de lo ocurrido
Preguntado por el significado de este posible
milagro, el párroco de Iglesia expresa:
“Yo lo he visto como un signo de esperanza todo
esto y de aliento a todos a seguir rezando, y a poner cada uno su corazón, su
voluntad y su empeño para sacar adelante esta situación.
Alentar a todos a que hagan cuarentena, alentar
a los médicos que están trabajando, a los enfermeros, a los periodistas, la
gente que está limpiando las calles; y que están arriesgando su vida.
Esto es un signo claro de que Dios ama la vida
y de que hay que defender la vida”, concluye el padre Rómulo.
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