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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

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Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 31 de marzo de 2020

En medio de esta pandemia, ¿Dónde está Dios? Martes, 31 - Marzo - 202

"Ventana abierta"


En medio de esta pandemia, ¿Dónde está Dios?
Vatican News
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano


El sacerdote y teólogo jesuita, Víctor Codina, reflexiona sobre algunas preguntas recurrentes en los cristianos, sobre todo, en los graves momentos de amenaza o de dificultad. "¿Por qué Dios permite la pandemia y calla? ¿Es un castigo? ¿Hay que pedirle milagros? ¿Dónde está Dios?"

En las actuales circunstancias de pandemia, afirma el sacerdote jesuita, los medios de comunicación se mueven entre dos polos: los terroríficos y casi morbosos noticiarios televisivos y, las voces más positivas y esperanzadoras.

Víctor Codina S.J. nos recuerda que también hay medios que recurren a argumentos históricos, tratando de situar las dimensiones de la pandemia en relación a otras, a las que ha sobrevivido la humanidad. También afirma, con cierta sorpresa, el deseo de unidad europea como mecanismo para enfrentar la crisis sanitaria, pues ésta atraviesa todas las fronteras y afecta los intereses de los poderosos.

El silencio de Dios se hace muy duro

Codina constata que, en este tiempo de pandemia, evidentemente afloran muchos problemas económicos y de salud. Pero también surgen problemas de orden teológico o religioso. El silencio de Dios se hace muy duro para algunos, insiste. Algunas personas rezan, pidiendo milagros, pidiendo que termine la pandemia, pero el milagro no llega. Entonces, se agrava más la duda. ¿Dónde está Dios?

Dios está en el que sufre y en el que sirve a los demás

Para el teólogo, la respuesta la encontramos en la concepción de Dios que tengamos. “Dios es un misterio”. Dios a través de Jesús se hace presente en la gente que sufre, en la gente que muere, en los enfermeros y enfermeras y sanitarios que cuidan con cariño a las víctimas de esta pandemia. Está en los científicos, en los que rezan. Allí Dios se hace presente. Y se hace presente ayudándonos a llevar esta situación con esperanza.

Respeto a la creación y solidaridad entre nosotros vencerán la pandemia

Codina insiste en que Dios está a nuestro lado en los momentos de dificultad: “El señor nos ayuda a sufrir las contrariedades de la vida y espera que nosotros colaboremos con la obra de la creación, sin destruir la tierra y construyendo un mundo de fraternidad como hijos del Padre, como hermanos y hermanas entre nosotros. La tierra está herida, la tenemos que cuidar y hemos de construir un mundo nuevo. Esta epidemia se puede convertir para nosotros en ocasión de renovar nuestra vida y comenzar una vida nueva, más sencilla, no tan voraz, más colaboradora entre todos, más solidaria, más respetuosa y con más sensibilidad hacia todo, porque todo está interconectado. Esto es lo que Dios quiere, y Dios así, seguirá presente aún en medio de nuestras dificultades.

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