"Ventana abierta"
El obispo de Jaén, durante un
acto religioso con mayores
ABC
Obispo de
Jaén: «Lo que no sabe este bicho es que los mayores tenemos otros medios para
resistirle»
Amadeo Rodríguez Magro destaca en una
carta a los ancianos la fuerza de la fe ante el coronavirus.
El obispo de Jaén. durante un acto religioso con mayores-ABC
Javier López
JAÉN
La esperanza apuntala
la carta que ha remitido el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, a los mayores de la diócesis para romper el
cerco anímico negativo del coronavirus, al que califica de «peligroso y
agresivo», especialmente con las personas ancianas que han gastado sus energías
con el paso de los años «al servicio del bien común». A pesar de lo que, el
prelado advierte de la pandemia: «El
coronavirus ha de saber que nos coge bien preparados y que tenemos otros medios
para resistirle».
«No es
justo que se fije en nosotros, pero es ley de vida; la enfermedad, aunque
aceche a todos, es el santo y seña de los más débiles y gastados. En esta
pandemia, dicen las estadísticas que, los mayores somos los más vulnerables.
Pero lo que no sabe este bicho es que los mayores, aunque seamos los más
débiles físicamente, tenemos
acumulados unos valores que hacen que nuestra capacidad de lucha y resistencia
sea muy grande», aclara en su carta el obispo.
Por edad y
experiencia, los mayores, puntualiza el obispo, «hemos llenado la vida de bien,
de amor y de alegría, aunque no nos han faltado desilusiones, luchas y penas».
Todo eso, añade, «nos ha preparado para que nada nos coja de improviso, sobre
todo porque en la balanza que mide la vida, la esperanza siempre tuvo más
fuerza que el desencanto y la derrota. No le tememos ni a la muerte, porque cuando ésta llegue sabemos que
antes hemos tenido la suerte de encontrar el tesoro escondido del amor de Dios,
que nos ha dado la vida eterna en Jesucristo».
«Hemos aprendido, por la fe y la esperanza, que no hemos de tener miedo
a mirar a Dios cara a cara; porque cuando
estamos con Él, siempre lo sentimos misericordioso. Esta es la gran verdad
de nuestra vida, la que más deja en ridículo a quien se ceba con los mayores,
sobre todo en estos tiempos en los que se pretende arrinconarnos y anularnos»,
ha resaltado.
«Ha de saber
también el virus que nuestra
resistencia no será pasiva y resignada; seremos los primeros en cumplir,
fielmente, con las normas que nos indican las autoridades. No le vamos a
dar ninguna facilidad. Y si nos hiere, estamos convencidos de que la sociedad
nos va a cuidar con la misma heroicidad con que lo está haciendo ahora»,
resalta la máxima autoridad de la Iglesia católica en Jaén.
Amadeo
Rodríguez Magro prevé que el virus despertará el aprecio por los ancianos:
«Estamos seguros de que las familias y toda la sociedad nos está mirando con
afecto preferente; especialmente a los que estáis solos y a los que compartís
vida en las residencias de mayores, que siempre hacen una labor humanizadora y,
en muchos casos, también evangelizadora. Estamos convencidos de que, en la situación de fragilidad compartida
que estamos viviendo, descubriremos el valor y la fuerza del cariño a los
mayores».
El
prelado explica en la carta que los católicos cuenta con un arma especial: «Queremos que el virus sepa que nuestra sabiduría
es resistente y tiene un arma extremadamente poderosa, la de la fe, que no sólo
no se debilita con la edad, sino que se fortalece. Los mayores la hemos ido
acumulando, de experiencia en experiencia, con la oración, los sacramentos, el
sacrificio, el deber cumplido, el sentido de la familia y el amor al prójimo,
esos son los anticuerpos más resistentes frente a los que quieran quitarnos lo
que más nos fortalece a nuestra edad: la esperanza».
«El virus tiene que saber que nada nos separará del amor de Dios; de la
confianza en Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor; ni del Espíritu Santo,
que nos ha sostenido en la fe y ha sido para nosotros Señor y dador de vida»,
expone el obispo, quien advierte a la pandemia de que no cogerá a los mayores
«con los brazos caídos".
Antes
bien, «estaremos en la lucha con toda la sociedad, que se ha unido para
vencerle. Aunque gane muchas batallas, no será el triunfador final. Más allá
del Coronavirus hay futuro y hay vida. Fortalece nuestra confianza el saber que contamos con un amor especialísimo que nos
protege, con el de la Santísima Virgen, la gran intercesora en favor nuestro
ante su Hijo, Jesús. Ella nos ayudará a salir adelante».
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