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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 1 de diciembre de 2023

Reflexión: "UN HOMBRE MUY AGRADECIDO". Viernes, 1 - Diciembre - 2023

  "Ventana abierta"

UN HOMBRE MUY AGRADECIDO
Web católico de Javier Olivares

Una noche tormentosa hace muchos años, un hombre mayor y su esposa entraron en el vestíbulo de un pequeño hotel en Filadelfia.

Intentando conseguir resguardo de la copiosa lluvia, la pareja se aproxima al mostrador y pregunta:

- ¿Puede darnos una habitación?

El empleado, un hombre atento con una cálida sonrisa, les dijo:

- Hay tres convenciones simultáneas en Filadelfia... Todas las habitaciones, las de nuestro hotel y las de los otros, están ocupadas.

El matrimonio se angustió pues era difícil que a esa hora y con ese tiempo horroroso fuesen a conseguir dónde pasar la noche. Pero el empleado les dijo:

- Miren...no puedo dejarles marchar con esta lluvia. Si ustedes aceptan la incomodidad, puedo ofrecerles mi propia habitación, yo me arreglaré en un sillón de la oficina.

El matrimonio lo rechazó, pero el empleado insistió de buena gana y finalmente terminaron ocupando su habitación.

A la mañana siguiente, al pagar la factura, el hombre pidió hablar con él y le dijo:

- Usted es el tipo de Gerente que yo tendría en mi propio hotel... quizás algún día construya un hotel y en ese caso, le buscaría para que usted fuese el gerente.

El conserje tomó la frase como un cumplido y se despidieron amistosamente.

Pasaron dos años y el conserje recibió una carta del hombre, donde le recordaba la anécdota y le enviaba un pasaje de ida y vuelta a Nueva York, con el pedido expreso de que los visitase.

Con cierta curiosidad, el conserje no desaprovechó esta oportunidad de visitar gratis Nueva York y acudió a la cita.

En esta ocasión, el hombre mayor lo llevó a la esquina de la Quinta Avenida y la calle 34 y señaló con el dedo un imponente edificio de piedra rojiza y le dijo:

- ¡¡Este es el Hotel que he contruido!! ¡Me gustaría que fuese usted el Gerente!

El conserje miró anonadado y atinó a balbucear:

- ¿Usted está bromeando, verdad?

- Puedo asegurarle que no...-le contestó con una sonrisa cómplice el hombre mayor.

Y así fue como William Waldorf Astor construyó el Waldorf Hotel original y contrató a su primer gerente de nombre George C. Boldt (tal era el nombre del conserje en la noche lluviosa).

Obviamente, George C. Boldt nunca soñó que su vida estaba cambiando para siempre cuando realizó su ofrecimiento para atender al señor Waldorf Astor en aquella noche tormentosa.

No tenemos muchos "Waldorf Astor" en el mundo, pero un jefe satisfecho o un cliente sorprendido pueden equivaler a nuestro Hotel Waldorf personal.

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