"Ventana abierta"
Principio y fundamento de la vida cristiana
Ciclo B
“Al principio ya existía la Palabra y la
Palabra se dirigía a Dios, y la Palabra era Dios. Ésta al principio se
dirigía a Dios.
Todo existió por medio de ella, y sin ella
nada existió de cuanto existe. En ella había vida, y la vida era la luz de
los hombres; la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Hubo un hombre enviado por Dios,
llamado Juan, que vino como testigo, para dar testimonio de la
luz, de modo que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino
un testigo de la luz. La luz verdadera que ilumina a todo hombre
estaba viniendo al mundo.
En el mundo estaba, el mundo existió por
ella, y el mundo no la reconoció. Vino a los suyos, y los suyos no la
acogieron.
Pero a los que la acogieron, a los que
creen en ella, los hizo capaces de ser hijos de Dios: estos no han nacido
de la sangre ni del deseo de la carne, ni del deseo del varón, sino de Dios.
La Palabra se hizo hombre y acampó
entre nosotros. Y nosotros contemplamos su gloria, gloria como de Hijo
único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad…de su plenitud hemos recibido
todos: una lealtad que responda a su lealtad… Nadie ha visto jamás a Dios;
el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.
Meditación ante el pesebre
En este minúsculo rincón, objeto de
artistas, y embeleso de los pequeños, se condensa todo lo que dice el
cristianismo. El evangelista así lo vio y lo transmite al lector, a ti que lees
este humilde papelillo.
¿Cómo es posible? Tan sencillo, tan sin
derechos, tan retirado de los centros de poder (Roma, Egipto, Mesopotamia…)
incluso de la fascinación de los centros religiosos de su tiempo (Jerusalén,
Olimpo, el gran Egipto, las religiones milenarias orientales…) ¿Cómo es posible
que este impalpable granito de mostaza, esta levadura casera, ese candil tan
rústico, diera tantos
arbustos, en tantas partes y fuera tan influenter? Inexplicable. Pero ahí
sigue.
Cuando te acerques al Nacimiento de tu
iglesia, de tu comunidad (no importa cuál ni dónde sea) mira y contempla.
Despacio. Mira dentro de la cueva y pasa la mirada a tu corazón. Entra. Sal.
Ahí vas a encontrar en tu vida: luz y vida
Sabiduría, saber, guía para ir orientados en los
avatares de la vida. No caminar “esnortaos”, “despistaos”, vagabundeando… sin
rumbo.
Sabiduría como sabor. La vida bien me sabe,
gusta caminar por ella a pesar de los escollos.
Saber y sabor. Sin saber, dejamos de ser personas. Y sin sabor, tampoco conseguimos llenar la aventura.
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