"Ventana abierta"
EL NIÑO DIOS Y SAN JOSÉ
No era suficiente para el Padre Eterno haber
confiado a José la virginidad de santa María; después de haber entregado a su
cuidado esta santa virginidad que atrajo a Jesucristo al mundo, Él mismo puso a
Jesucristo en sus manos.
Lo puso bajo el cuidado de un hombre mortal que iba a dirigir su infancia, y
José fue elegido para este ministerio.
¿Quién podría decir con qué alegría se ofreció a sí mismo para ser este padre?
A partir de ese momento, vivió solo para Jesucristo; asumiendo el corazón y la
ternura de un padre; y lo que no era él por naturaleza, lo hizo suyo por el
afecto.
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