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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 16 de noviembre de 2021

Una meditación para cada día. La conciencia: un instrumento sensible. Martes, 16 - Noviembre - 2021

  "Ventana abierta"

La Buena Semilla

Aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

1 Corintios 4: 4

Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo.

Hebreos 13: 18

La conciencia: un instrumento sensible

Desde la desobediencia inicial de nuestro ancestro Adán, como seres responsables tenemos esta facultad indispensable llamada conciencia. Podemos compararla a un instrumento de medida que detecta si un pensamiento, una palabra o una acción es buena o mala, honesta o deshonesta, justa o falsa, etc. En resumen, ella distingue entre el bien y el mal.

Se sabe que todo instrumento de medida puede perder su sensibilidad. Puede deteriorarse y dar falsas indicaciones. Esto también sucede fácilmente con nuestra conciencia. Este delicado instrumento se desajusta progresivamente debido al contacto con el mal, pierde su sensibilidad, se endurece. Además, si nos acostumbramos a no escuchar nuestra conciencia, se vuelve como un organismo enfermo que se habitúa a dosis de medicamento cada vez más fuertes y que deja de reaccionar. ¡Es una situación de las más peligrosas!

Un velocímetro distorsionado no puede evitar que el automovilista tenga que pagar una multa debido a un exceso de velocidad. Si el mío marca 50 km/hora mientras paso por un pueblo, pero el radar de la policía grabó 70, tendré que pagar la multa.

Como la conciencia es debilitada a causa del mal que tolero, también puede estar bien despierta cuando es afinada por la Palabra de Dios. Jesús dijo: “Tu palabra es verdad” (Juan 17: 17). Esta es la “norma segura” a la cual el cristiano siente continuamente la necesidad de referirse (Proverbios 22: 21).

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