"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Que nadie fuese obligado.
Ester 1: 8
Cada uno hacía lo que bien le parecía.
Jueces 21: 25
Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha
dicho el Señor.
Malaquías 3: 7
Un mundo sin Dios
“Ester” es el nombre de un corto libro de la
Biblia. Posee la característica de no mencionar el nombre de Dios, cosa muy
extraña en la Biblia. Es el único libro que nos muestra al pueblo de Dios,
castigado por él, cautivo en un país extranjero, sin mencionar su regreso. Sin
embargo, esta particularidad nos interpela: ¿Acaso este libro no muestra la
imagen del mundo actual, del cual el Dios creador está totalmente excluido? Y
la vida continúa, sin que nadie se preocupe por lo que Dios piensa. Pero desde
el cielo él controla todo.
Este mundo cree que el hombre es dueño de su
destino. Se dice que la humanidad “por fin” se ha liberado de Dios. También se
dice que el hombre es bueno, que es capaz de lo peor, es cierto, pero también
y, sobre todo, de lo mejor. Y que los innegables progresos sociales serían la
prueba de ello. Así, en muchos países “no se obliga a nadie”, cada uno hace lo
que le place y puede escoger entre multitud de placeres. Como si esta supuesta
libertad, a menudo acompañada de pretendidos placeres, pudiese ocultar los
desastres presentes en el mundo, cuya responsabilidad es totalmente humana.
El libro de Ester debería servirnos de
advertencia: después de una gran fiesta, el rey mencionado allí tuvo que
enfrentar un probable atentado. El mundo de hoy no tendrá una mejor suerte. Un
día, la ilusión de alegría dará lugar a los juicios. El mundo sigue su rumbo…
hacia su perdición. Pero cada ser humano puede optar por una vida con Dios,
deteniéndose para escuchar y aceptar a Jesús, el Salvador del mundo.
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