"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí,
fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no
retienen agua.
Jeremías 2: 13
Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Juan 7: 37
¿Es usted un cristiano de nombre?
Sundar Singh (1889-1929), predicador del
Evangelio en la India, escribió lo siguiente cuando regresó de Europa: “Como
había comprobado el amor de Dios en el corazón de los occidentales que nos
trajeron el Evangelio a la India, pensaba encontrarlo muy extendido entre los
habitantes de sus países europeos. ¡Pero la realidad es muy diferente, pues
muchos cristianos solo lo son de nombre! ¿Esto quiere decir que el cristianismo
fracasó? ¡Por supuesto que no! Son los cristianos quienes no comprenden el
cristianismo y no siguen el ejemplo de Cristo”.
Cien años después, la constatación es la misma.
¡Cuántas personas confunden el cristianismo con una religión que somos libres
de seguir más o menos fielmente! El verdadero cristianismo es algo muy
diferente: es vivir a Cristo, vivir de él, con él y para él. Tuvimos un
encuentro con Jesucristo, y ese día todo cambió: nuestra vida encontró un nuevo
sentido, la vida cambió de objetivo. Nuestro futuro se llenó de
esperanza porque Jesús llevó el peso de nuestros pecados. ¿Cómo
atribuirse el nombre de cristiano si uno no tiene relación con Cristo? ¿Cómo
pegar la etiqueta cristiana a actividades profanas: económicas, políticas u
otras? El Cristo de los evangelios sigue siendo el mismo que fue rechazado y
crucificado por el mundo.
Jesús nunca pretendió transformar ni mejorar el
mundo. Pero, a los que lo reciben como su Salvador les da una vida nueva sin
que tengan necesidad de una etiqueta: “les reconocían que habían estado con
Jesús” (Hechos 4: 13).
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