"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Lámpara es a mis pies tu palabra,
y lumbrera a mi camino
Salmo 119: 105
La luz vino al mundo, y los hombres amaron más
las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Juan 3: 19
Luz pura
Hacía poco tiempo que una vendedora de frutas
había descubierto que la Biblia era la Palabra de Dios. La leía detrás de su
puesto mientras esperaba a sus clientes.
- ¿Qué está leyendo?, preguntó un comprador.
- La Palabra de Dios, la Biblia, respondió ella
alegremente.
- ¿De verdad? Pero, ¿quién le dijo que la
Biblia es realmente la Palabra de Dios?
- Dios mismo me lo dice.
- ¿Le habló realmente en persona?
La vendedora titubeó un instante y luego señaló
la plaza de mercado, que esa mañana estaba bien soleada:
- ¿Podría usted probar que el sol existe?
- ¿Probarlo? No es necesario, pues siento su
calor y veo su luz.
- Así es la Biblia para mí. Calienta mi corazón
e ilumina mis pensamientos. ¡Esto me prueba que se trata efectivamente del Libro
de Dios!
“Me regocijo en tu palabra como el que halla
muchos despojos (o un gran tesoro)” (Salmo 119: 162). “La palabra de Dios
es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4: 12).
1 Crónicas 13-14 – Lucas 12: 41-59 – Salmo 89: 38-45 – Proverbios 20: 18-19.
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