"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El pecado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Romanos 5: 12
La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6: 23
Asesinato y mentira, verdad y
vida
Dios puso a Adán y Eva en un huerto
maravilloso. Les permitió comer el fruto de todos los árboles del huerto,
excepto de uno; y les advirtió que, si comían de él, morirían (Génesis 2:
17). Luego Satanás sembró la duda: “No moriréis… y seréis como Dios” (Génesis
3: 4-5). Adán y Eva comieron del fruto prohibido… ¿Quién había dicho la verdad?
Lo sabremos a continuación.
Eva dio a luz dos hijos, Caín y Abel. Un día,
en el campo y por envidia, Caín mató a su hermano. Dios preguntó a Caín dónde
estaba Abel. Él respondió que no sabía. Así el pecado, la mentira y la muerte
entraron en el mundo. El libro de Génesis nos dice que Adán también murió (Génesis
5: 5). Luego relata la historia de sus descendientes. Podemos leer, como un
estribillo: vivió tantos años, “y murió”.
Dios había dicho la verdad, y Satanás había
mentido.
Hoy el mundo conserva las características del
jefe que eligió, es decir, Satanás, quien es “homicida… y… mentiroso” (Juan
8: 44). Basta con escuchar las noticias para constatar que el mundo actual
siempre está luchando con el homicidio y la mentira. Entonces ¿qué debemos
hacer? ¿Desesperarnos?
¡No! El Señor Jesús nos dice: “El que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11: 25). Él es “el camino, y la
verdad, y la vida” (Juan 14: 6). ¡Sí, Jesús da la vida eterna a los que
depositan su confianza en él! Este es el mensaje del Evangelio, escrito para
todos.
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