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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 10 de noviembre de 2020

¿Durante cuánto tiempo debemos orar por nuestros difuntos? Martes, 10 - Noviembre - 2020

 "Ventana abierta"

¿Durante cuánto tiempo debemos orar por nuestros difuntos?

DESDE LA FE 

La religiosidad popular y el catolicismo conviven el día de los Fieles Difuntos. | Foto: Desde la Fe.

Hay quienes rezan por difuntos que no conocieron, y también quienes rezan por alguien que murió hace mucho tiempo. ¿Qué dice la Iglesia al respecto?

“Hoy celebré Misa por Don Hernán Cortés y, de paso, pedí también por Doña Marina”, me decía hace ya algunos años un amigo sacerdote.

En seguida, me explicaba que hay un patronato fundado por Don Hernán Cortés que se encarga de atender el Hospital que construyó con su capital económico. Ese patronato acostumbra mandar celebrar Misas por su fundador.

Así es que, quinientos años después, un sacerdote sigue celebrando Misas por el eterno descanso de ese hombre tan controvertido.

Yo pido, con frecuencia, por mis abuelos. Y eso que a dos de ellos no tuve la suerte de conocerlos, pero me basta saber que mi papá los amaba mucho para yo también amarlos.

Cuando celebramos Misa en la parroquia vemos que hay difuntos por los que sus familiares siguen pidiendo después de muchos años.

Y no sólo pedimos por nuestros difuntos conocidos: tenemos la profunda convicción de orar por todos los difuntos.

Me tocó ser párroco en uno de esos hermosos pueblos del sur de la Ciudad de México. En ellos hay raíces sumidas en el mundo indígena e injertadas en la primera evangelización.

Allí vi con movedoras escenas de amor a los fieles difuntos. En la víspera de los días de muertos, todo el pueblo acude al panteón a limpiar, enflorar y alumbrar las tumbas de sus seres queridos.

No falta por allí alguna tumba abandonada porque los familiares del muertito ya no viven o se han ido del pueblo. Entonces, los vecinos se dan a la tarea de limpiar, enflorar y alumbrar la tumba abandonada. También hacen oración por ese muertito al que a lo mejor ni conocieron.

No cabe duda de que estas buenas gentes aprendieron en la práctica la obra de misericordia que nos dice “orar por vivos y difuntos”. Pedir por un difunto es una obra de caridad.

¿Por qué pedimos por los difuntos? Creo que todos lo sabemos. Pedimos porque nuestras oraciones son obras buenas que Dios toma en cuenta para que los que están en el purgatorio puedan ir, adornados por nuestros actos de amor, al encuentro de Dios en el cielo.

¿Por cuánto tiempo debemos pedir? Recordemos que, después de la muerte, comienza la eternidad que no se mide por relojes ni calendarios. Allí el tiempo no existe.

Por lo tanto, pedimos por nuestros difuntos mientras los recordemos. A mí me gustaría que alguien pidiera por mí a lo largo de los años, ¡me va a hacer mucha falta!

*El padre Sergio Román es sacerdote emérito de la Arquidiócesis Primada de México.

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