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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 17 de noviembre de 2020

Cuento y Reflexión: La cajita del tesoro

 "Ventana abierta"

La cajita del tesoro

Por Caudet, 1998. Adaptado por: Daniel Caciá

Nana Panchita era una anciana muy respetada por su comunidad, especialmente por la sabiduría que tenía. Cuando estaba gravemente enferma, llamó a su nieta y sus dos nietos y les dijo:

- Pronto moriré, pero les tengo un regalo. Les entrego esta cajita de madera que contiene 25 perlas. Cada perla es antigua y tiene un gran valor. Esta cajita con las perlas es un regalo para ustedes pero deben cumplir una condición: No abran la cajita hasta cuarenta días después de mi muerte. 

Un día Nana Panchita murió. La historia de la cajita con 25 perlas se fue contando de boca en boca. Muchas y muchos tenían curiosidad. Otras y otros comenzaron a pensar cómo quitárselas.

Un hombre rico llamado Wankar, pensó en comprar las perlas y se dijo a sí mismo: “La nieta y los nietos de la anciana no sabrán calcular el precio de las perlas. Les ofreceré una cantidad de dinero, después las venderé más caras y así ganaré mucho”. Además, pensó, les diré que no abran la cajita porque me pueden pedir mucho dinero si se dan cuenta que valen más de lo que les ofreceré. Con esa idea en mente, Wankar visitó a los nietos y la nieta de Nana Panchita para comprar las perlas. Curiosamente logró comprar la cajita. Muy contento se apresuró para llegar a la casa y abrir lo que tanto ansiaba.

Pero su sorpresa fue grande cuando la abrió. Muy enojado regresó a buscar a los nietos y la nieta de Nana Panchita y les gritó: - ¡Ladrones! ¡Han robado mi dinero! 

- ¿Qué ocurre- preguntó la nieta. 

- Pues abrí la cajita y solamente encontré un papel – respondió Wankar. ¡Devuélvanme el dinero porque me engañaron!- agregó.

Como no le hacían caso, Wankar decidió buscar a una jueza. Una vez que la encontró, le contó el problema y pidió un juicio. 

La jueza aceptó y llamó a los nietos y la nieta de Nana Panchita.

- Nuestra madre siempre fue honrada y hablaba con la verdad dijo la nieta ante la jueza. Antes de morir nos regaló esa cajita y pidió que la abriéramos cuarenta días después de su muerte. No la habíamos abierto pero vino este señor a comprarla y, equivocadamente, se la vendimos. 

- Sí – agregó uno de los hermanos. Ni siquiera sabíamos lo que contenía la cajita pero Don Wankar estaba que se moría por comprarla. Por necesidad de dinero se la vendimos.

- Para sentenciar necesito ver el papel guardado dentro de la cajita- dijo la jueza.

El hombre rico le entregó el papel a la jueza, y ella lo leyó en voz alta:

Querida nieta y queridos nietos:

Primero quiero que sepan que las y los quiero mucho. Estoy muy anciana y enferma, presiento que pronto moriré. No sé cuando venga la muerte a tocar mi puerta, quizás mañana, la otra semana, no lo sé. No tengo ahorros ni terrenos para heredarles. Sólo guardo unas perlas muy antiguas que les dejo como regalo. Nunca las vendan porque no hay dinero que las compre. Si utilizan las 25 perlas serán felices y les respetarán por el resto de la vida. Las perlas son:

1. Digan siempre la verdad.

2. Respeten a los ancianos y las ancianas.

3. Nunca ofendan a otras personas.

4. Aprendan a perdonar.

5. Elijan bien a sus amigos y amigas.

6. Siéntanse orgullosos y orgullosas de su identidad.

7. Piensen en forma positiva.

8. Sean amables.

9. Crean en el Ajaw.

10. Apoyen a sus vecinos y vecinas en tiempos alegres y tristes.

11. Piensen antes de actuar.

12. Respeten su palabra.

13. Cuiden su salud.

14. Reciban consejo antes de tomar decisiones.

15. Hagan bien su trabajo.

16. Luchen por sus objetivos.

17. Traten bien a las compañeras y compañeros con quienes trabajan.

18. Cuiden la madre naturaleza.

19. Sean limpios y limpias.

20. Sean honradas y honrados.

21. No se metan en problemas hablando mentiras.

22. No deseen las cosas ajenas.

23. No engañen a nadie.

24. No digan malas palabras.

25. No se maltraten.

- ¡Ah! - Exclamaron al mismo tiempo la nieta y los dos nietos. - ¡Qué perlas más preciosas nos dejó Nana Panchita! – dijo la nieta.

- No pensamos bien cuando las vendimos- dijo el otro nieto. Esas perlas no se compran ni con un millón de quetzales. Son consejos que serán como estrellas que alumbrarán el camino de nuestras vidas.- agregó.

- Aquí está su dinero – dijo la nieta a la vez que devolvía todo a Wankar. Y agregó: No hay por qué pelear si las perlas de mi madre no se compran.

-Es cierto- dijo Wankar. Aquí todos nos equivocamos. Yo por ambicioso y ustedes por vender sin ver lo que había adentro. Pero también aprendimos que las mejores perlas son los consejos que nos dan nuestros abuelos, abuelas, padres, madres y otras personas sabias.

La jueza que escuchaba atentamente dijo:

- No diré sentencia para este caso tan curioso. Pero sí digo que es el mejor lío en el que he estado. Esas perlas las llevo para mí, para mis hijas e hijos y para todo aquél o aquélla que llegue al juzgado. Bien les caería conocer esa cajita de perlas antes de meterse en problemas.

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