¡Qué bonito es ir a Misa en Familia!
¡ Qué bonito es cuando una familia asiste a misa, todos juntos. Porque para sus miembros es una intensa y hermosa formación, porque cuando oran juntos cada uno siente más profunda su fe y porque las fricciones producidas por la cotidianidad se alivian al momento de la reconciliación.
Qué bonito, tanto en el sentido emocional como en el espiritual, es asistir a misa en familia: el padre, la madre y los hijos, tomados de la mano, asisten a misa para recibir la eucaristía, para reconciliarse con el Señor, para expresar su devoción a María, la madre de todos.
Qué bonito es cuando la familia asiste a misa, porque así educa a los hijos a conocer su religión, a respetarla y a amarla sin vergüenza, con orgullo y con dignidad.
Qué bonito cuando la familia ora unida. Dicen que la familia que reza unida permanece unida.
Qué bonito cuando a la hora de la paz, cada uno estrecha la mano y se desea la paz del Señor al otro, al prójimo más próximo que es su familia.
Qué bonito es cuando la familia, luego de la reconciliación con el Señor, se presenta a comulgar y comer del cuerpo y la sangre de Cristo y se cruzan miradas sabiendo que los demás tienen la misma hermosa experiencia de comer del pan que da la vida eterna.
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