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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 13 de junio de 2014

EL DIAMANTE

"ventana abierta"


EL DIAMANTE


Vivía en Irlanda un rey que heredó un gran diamante de belleza extraordinaria que pronto causó admiración en todos los reinos.

El diamante permanecía expuesto para que todos lo visitaran bajo una constante vigilancia.

Tanto el rey como el reino prosperaban, y el rey atribuía al diamante su buena fortuna.

Un día, uno de los guardias, nervioso le dio al rey una terrible noticia: Había aparecido un defecto en el diamante.

Se trataba de una grieta, aparecida en la mitad de la joya. 
El diamante había sufrido una fisura en sus entrañas.

Convocó a todos los joyeros del reino para pedir su opinión y le aseguraron que el defecto era tan profundo que lo único que conseguiría si intentaba arreglarlo sería que aquella maravillosa joya perdiera todo su valor.

Mientras el rey meditaba, un joyero ya anciano, que había sido el último en llegar le dijo:

Si me da una semana para trabajar en la joya, es posible que pueda repararla.

Al principio el rey no dio crédito alguno a sus palabras.
Finalmente el rey cedió, pero con una condición:
La joya, no debía salir del palacio real.
Al anciano joyero le pareció bien el deseo del rey y se puso a trabajar.

A diario el rey y los guardianes se paseaban nerviosos ante la puerta de la habitación. Oían los ruidos de las herramientas y se preguntaban qué estaría haciendo el anciano.

Al cabo de una semana, el anciano salió de la habitación.
El rey y los guardianes se precipitaron al interior para ver el trabajo del misterioso joyero.

Al rey se le saltaron las lágrimas de pura alegría ¡Su joya se había convertido en algo incomparable más hermoso que antes!

El anciano que había grabado en el diamante una rosa perfecta, y la grieta que antes dividía la joya por la mitad se había convertido en el tallo de la rosa.

 Para este rey el diamante era su perla preciosa. Era el tesoro de su vida.
 Para Dios este diamante somos cada uno de nosotros.
"Eres precioso a mis ojos..., eres estimado y yo te amo".

Quizás como en el diamante del rey, en nuestras vidas aparezcan roturas y grietas.

Somos importantes para Dios, muy importantes..., su joya preciosa.

Y Dios llega por los caminos más simples y a la vez más sorprendentes, y como el anciano joyero viene a hacer en nosotros lo que nosotros no podemos hacer.

Sintámonos sobrecogidos por esa presencia de Dios que trabaja en nosotros.

Dichosos seremos si nos ponemos a tiro y nos dejamos encontrar en la simplicidad.

Convertirá las roturas en tallos y flores.
Y en nuestras grietas se descubrirá la belleza.

"Eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo".

Que Dios bendiga a tantas personas que prestan sus manos a Dios para curar y reparar grietas de los corazones.

¡Que Dios te bendiga, amig@!



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