"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
¿QUÉ TENEMOS QUE VER CONTIGO, HIJO DE DIOS?
28 Al llegar
a la otra orilla, a la región de los garadenos,
vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan
furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino.
29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué
tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para
atormentarnos antes de tiempo?»
30 Había allí a cierta distancia una
gran piara de puercos paciendo.
31 Y le suplicaban los
demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»
32 El les
dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda
la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
33 Los porqueros huyeron, y al llegar
a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados.
34 Y he aquí que toda la ciudad salió
al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término. (Mt.
8, 28-34)
¡Sí, los demonios tienen mucho que ver con Jesús y ellos
lo confiesan: “has venido a atormentarnos antes de tiempo”! Satanás, se
sabe destronado de esta tierra por el Enviado de Dios que, proclaman
las Escrituras Santas. Él, es un buen entendido en la
Biblia y lo vemos en las tentaciones de Cristo en Getsemaní!
¡Cómo maneja la Palabra de Dios en los Salmos y demás, para provocar a Jesús,
si pudiera, a la desconfianza del Padre!
Jesús, se encarnó en un cuerpo sin pecado, por
ello, podía sojuzgar a los poderes infernales, con la fuerza de
Dios, porque Él, era también Dios. Su santidad, no
podía soportar la posesión diabólica de dos hombres desgraciados que, en
su origen, no se trataban con estas fuerzas del mal. ¿Cómo llegaron
estos dos hombres a estar endemoniados?: no lo sabemos, pero sí sabemos
que, Dios, lo permitió para que, en ellos, se manifestara
la gloria de Dios. Así respondió Jesús a sus Apóstoles que, se
adherían a la creencia popular de que, les sucedió esto, porque
eran pecadores, ellos o sus antepasados.
No olvidemos que, el Demonio, es espíritu puro
y nosotros, con nuestra razón, no podemos entrar en estos mundos tenebrosos. Bástenos saber
que, Jesús ha vencido al mundo y a los príncipes de este mundo, entregados
al mal. “La fuerza de Dios, nos custodia en la fe, para estar ya
y ahora salvados por Dios” y sin la amenaza de estos poderes ocultos. Si
Jesús, ha vencido al pecado y a la muerte, ¿cómo no iba a
tener bajo sus pies a los demonios que, son seres creados
por Él? Ellos, como seres espirituales, oían a Jesús
que, en su interior, les decía: “¡salid de estos hombres!”.
Y, para no vagar por los aires, le piden que, les envíen a los
cerdos que, no lejos de allí estaban paciendo. La furia de
demoníaca, entró en los pobres animales y se ahogaron todos en el lago.
Todo el pueblo de Gerasa, salió en masa a pedirle a
Jesús que, se marchara de allí. La pérdida de los animales, era
cuantiosa y la vida y salud de estos conciudadanos, les importaba
poco. Estos dos hombres, en su sano juicio, sentados junto
a Jesús, gozaban de su salud. Pero el milagro que había visto todo el
pueblo, no les hizo convertirse a Dios, en Jesús que, venía
impartiendo bendiciones entre ellos.
A estos hombres, les podría haber apostrofado San Pablo,
como lo hacía con sus fieles: “Buscad los bienes de allá arriba donde está
Cristo sentado a la derecha de Dios. Aspirad a los bienes del cielo y no a los de
la tierra”. ¡Pero ellos, no oirían esta amonestación, porque los
ojos de su corazón estaban ciegos para percibir el bien!
¡Señor, no dejes que las cosas de la tierra
nos invadan el corazón! ¡Qué oigamos de continuo en nuestro
interior: “¡Ven a mí y contempla lo que tengo preparado para los que me
aman, sobre todas las cosas!
¡Qué tu gracia nos haga dóciles a la voz de tu Palabra! ¡Qué así sea, Jesús! ¡Amén! ¡Amén!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario