"Ventana abierta"
LA VIRGEN MARÍA AL PIE DE LA CRUZ
En la Nochebuena celebramos los cristianos el
Nacimiento de Nuestro Señor. Y esta Navidad a la que me refiero fue una Navidad
además muy especial, porque se trataba ni más ni menos que de la Navidad del
año 2000, que fue realmente cuando se cumplieron los 2000 años del Nacimiento
de Jesús, y el comienzo del Tercer Milenio.
Y sin embargo hoy siguiendo el hilo de los
temas que he venido desarrollando acerca de la vida de la Virgen María, hoy
tengo que hablarles de un momento de la vida de la Virgen que no tiene nada que
ver con la Navidad y que más bien es justo lo contrario, "María al pie de
la cruz", María que asiste a la muerte de su Hijo.
Pero hoy quiero hablarles de la Virgen de la
Esperanza, y también por eso está relacionado de alguna manera con la Navidad,
porque de hecho, la semana inmediatamente anterior a la Navidad la Iglesia
venera a María de la O, a la Virgen de la Esperanza, de una Esperanza distinta,
la Esperanza de la futura Mamá que va a tener a su Hijo en los brazos, la
Esperanza de María que ve morir a Jesús y que cree que Él de verdad va a
resucitar.
Y de esa Esperanza es de la que quiero
hablarles a ustedes. Porque yo me imagino a María al pie de la cruz -como
les he dicho en otra ocasión- cumpliendo esa dificilísima misión de sostener a
su Hijo, y me imagino a María como modelo de fe que cree en Dios y en el
amor de Dios. Me imagino a María como la Virgen de la memoria, de la buena
memoria, la Virgen que recuerda los momentos dulces y que saca fuerzas de esos
momentos agradables para creer en Dios, María de la Fe, María de la Memoria,
pero también María de la Esperanza.
Y, ¿en qué se diferencia la Esperanza de la Fe?
Son dos virtudes que van tan unidas, que muchos
a la esperanza prácticamente la olvidan, como si no existiera. Tenemos muy
claro que y sabemos distinguir lo que es la fe de la caridad:
La caridad son obras, la fe es creer en unos
dogmas.
Entonces, ¿qué es la esperanza?
La esperanza es la virtud que nos ayuda a tener
fe, porque gozamos ya como si lo tuviéramos, de lo que todavía no tenemos.
Por ejemplo, María tiene esperanza en que va a
tener a su Hijo en los brazos antes de dar a luz, y eso le ayuda a pasar la
dificultad del parto, la búsqueda, la incertidumbre, el momento de llegar a
Belén y ver si en la cueva había sitio o no había sitio.
María al pie de la cruz que está asistiendo al
espectáculo atroz de la muerte de Jesús, está llena de esperanza, porque está
segura de que va a volver a encontrarse con su Hijo vivo, de que va a volver a
abrazar a su Hijo resucitado. Y es esa esperanza en lo que va a tener, aunque
todavía no lo tiene, lo que le ayuda precisamente a pasar por ese momento tan
difícil.
La esperanza es la virtud que nos ayuda a pasar
por la cruz, disfrutando de lo que no tenemos todavía, pero sabiendo que lo
vamos a tener.
Tú tienes esperanza, ¿en qué? ¿En que te va a
tocar la lotería?
Bueno, tú tienes esperanza y esa es la
aplicación auténtica de la virtud, en que lo que ahora no gozas, lo vas a
gozar, en que Dios existe, en que el cielo existe, en que tus seres queridos
que han muerto, siguen estando vivos, en que te vas a volver a encontrar con
ellos, en que el día de mañana las cosas van a ir un poco mejor, esa es la
esperanza.
Y tener esa esperanza es precisamente lo que
nos da fuerza para soportar el no estar ahora con los seres queridos, el no
tener ahora salud, el no ser ahora aplaudido, sino quizá incomprendido y
perseguido.
Y hablando de esperanza, naturalmente tengo que
invitarles a ustedes a que acudan a un sitio, el cual, pienso que ya
todos están pensando, me refiero a que acudan a Sevilla a venerar a
la "Virgen de la Macarena", en ese santuario que todo aquel que ha
ido una vez ya no puede olvidar nunca.
La Macarena es la Virgen de la Esperanza.
Y me gustaría invitarles a ustedes a que acudan
allí y se pongan delante de nuestra Madre y contemplen su hermosísimo rostro y
vean las cinco esmeraldas que son como cinco lágrimas que han caído de sus
ojos, y que le pidan a la Virgen María que les ayude a mantener firme la
esperanza a quien en momentos de dolor, de angustia, de sufrimiento, de
desesperación no sucumban, no sucumbamos, a que tengamos la certeza de que el
sol existe detrás de las nubes y, que Dios es Amor, aunque estemos en plena
cruz, aunque los nuestros estén en plena cruz y, a que mantengan esa seguridad
en el amor de Dios, aunque las circunstancias nos estén gritando lo contrario.
Esa Virgen de la Esperanza que mantiene la fe y
que mantiene la confianza en Dios, aunque no tiene pruebas. Es un auténtico
modelo para nosotros es también un consuelo.
En Ella, en su Esperanza, en su comportamiento, podemos encontrar nosotros la ayuda que necesitamos.
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